Hace años, en un viaje por Latinoamérica, me sorprendió la importancia que daban allí al Banco Mundial. Sus reuniones eran seguidas con el mismo interés que se sigue ahora el pensamiento de Trichet en relación al euribor. Sus designios parecían hacer temblar los países, algo que en España no conocía. Estados Unidos especialmente, y también Europa, han marcado el rumbo de países ricos sin que pudiesen hacer nada, pero las cosas han cambiado drásticamente. La primera muestra de ello, es que el Credit Crunch no parece estar afectando a Latinoamérica, y de hecho, como ya hemos visto en otros artículos, las empresas que hacen negocios allí, siguen con sus carteras de pedidos repletas. La prosperidad parece estar llegando, y curiosamente coincide con un más que resfriado que aqueja al vecino del norte. Y es que un crecimiento continuado de más del 5 % desde 2004, junto con una inflación generalmente baja, está ya teniendo efectos tangibles. Lationamérica está viviendo una prosperidad no conocida desde 1960, con déficit por cuenta corriente y fiscal en positivo. Por supuesto, los datos macroeconómicos ocultan también muchas realidades, pero lo cierto es que globalmente el continente va muy bien. El recorte de tipos de interés, única medida relevante hasta ahora para relanzar la economía en USA, ha tenido también un efecto positivo en el sur. Muchos inversores han desviado sus inversiones hacia los países latinoamericanos huyendo de los resultados de la renta fija en Estados Unidos.
Pero también están surgiendo tensiones, ya que los precios de la energía y materias primas están haciendo aumentar la inflación. En varios países, como Chile o Colombia, ya se han superado los objetivos de inflación. Algunos países han comenzado ya a apretar sus tipos de interés. El Banco Central de Brasil va a elevar sus tipos de interés, acabando con tres años de relajación monetaria. Pero esto, como está ocurriendo en Europa, puede provocar que sus monedas se fortalezcan más respecto al dólar, y origine dificultades a los exportadores. Por el contrario, facilita una aproximación con Europa, donde el incesante aumento del euro respecto al dólar, no deja de hacer perder productividad en el continente. Se espera que Brasil finalice este año con un déficit por cuenta corriente del entorno del 1 %. Por otra parte, la exportación de materias primas desde Suramérica, parece estar resistiendo bien las oscilaciones entre las divisas. Por ejemplo México, que exporta 4/5 del total a Estados Unidos, mantiene una economía sorprendentemente robusta. Pero la economía mexicana aún va en paralelo a la de su vecino, así que se espera que caiga como consecuencia de la recesión en Estados Unidos, aunque los problemas serios pueden venir en 2009 si se prolonga la recesión en el norte.
Otra de las previsiones más destacables es que si la demanda decrece en los próximos meses, los precios de las materias primas acabarán ajustándose, y todo ello dependerá de cómo evolucione el crecimiento en Norteamérica y Europa.Algunos países pueden resistir bien los envites de los nuevos tiempos. Por ejemplo Chile, que ha disfrutado de enormes réditos procedentes de las exportaciones de cobre. En menor extensión, México y Perú disfrutan de estas ventajas.
La información cuantitativa de la noticia procede de "A coming test of viertue", publicado en The Economist April 12 2008
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