Dos estudiantes de la Universidad de Virginia han comenzado a suministrar energía comercialmente a dos ciudades de la India mediante un proceso de gasificación de cáscara de arroz, un residuo muy abundante en la zona. De esta forma, con dos generadores han conseguido suministrar energía a 10.000 personas del medio rural. El negocio parece ser próspero, porque ya se han propuesto expansionar su actividad implantando minicentrales de este tipo en cientos de ciudades. La semana pasada, esta idea ha recibido un respaldo económico significativo al ganar 50.000 dólares en el certamen “Social Innovation Competition” de la Universidad de Texas. El proyecto tiene tres ventajas fundamentales: produce energía, produce ceniza que se vende a la industria cementera y reduce las emisiones de dióxido de carbono.
Esta tecnología proporciona electricidad de forma efectiva a comunidades ubicadas en lugares remotos, y cada central tiene capacidad para suministrar a 200-500 hogares. Cada una de estas miniplantas evita las emisiones producidas anualmente por 200 toneladas de carbón.
Esta noticia es una prueba más de que las minicentrales de gasificación son una alternativa interesante. Son especialmente apropiadas para residuos con alto poder calorífico, y en comunidades alejadas donde llevar líneas de distribución resulta costoso e impactante al medio ambiente.
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