La utilización de métodos agresivos para explotar los recursos en Latinoamérica son muy antiguos; y a gran escala, fue en el Cerro Rico de Potosí, donde quizás nació tan arraigada y depredadora costumbre. De Potosí, Bolivia, los españoles extraían plata, más plata de la que nadie en el mundo antiguo hubiese imaginado. Muchos historiadores piensan que entre la plata traída a España desde Potosí; y la desviada a Europa por los bucaneros británicos y holandeses; se consiguió el capital que permitió al viejo continente salir de la oscura edad media y desarrollar el mundo moderno que conocemos.
Métodos "tradicionales" de explotación de recursos naturales en el tercer mundo
Pero la extracción de recursos minerales en Latinoamérica, y en hasta hace poco denominado tercer mundo en general, ha venido históricamente marcada por desastres ambientales colaterales, muchas veces con dimensiones inimaginables. Estos desastres se intensificaron en la segunda mitad del siglo XX cuando existió la posibilidad de utilizar técnicas y equipos para la explotación a gran escala de las materias primas. Las grandes compañías multinacionales no se preocupaban lo más mínimo por la sostenibilidad en la extracción de los recursos, y las consecuencias han sido como era previsible un fuerte rechazo de las poblaciones locales a todo lo que huele a "multinacional". La contaminación de los ríos con mercurio, los incendios forestales provocados para ganar terreno al "monte", las grandes áreas de extracción a cielo abierto, o la eliminación de opositores utilizando sicarios han dejado heridas graves en Latinoamérica. La historia del seringueiro – recolector de caucho – Chico Mendes, es de lectura recomendada para quien desee profundizar en estas ideas. Su vida y asesinato el 22 de diciembre de 1988 en Xapurí, Bolivia, es una historia enternecedora que nos ayudará a entender muchas realidades ocurridas en Latinoamérica en la actualidad. También los conflictos territoriales derivados de la lucha por los recursos han provocado muchas de las tensiones que se viven actualmente en el continente. En este último ámbito, destacamos las pérdidas que Bolivia ha ido sufriendo desde su independencia. Bolivia ostenta el record de política internacional desastrosa, puesto que en conflictos con Brasil, Perú, Chile, Argentina y Paraguay ha acabado perdiendo una superficie equivalente a dos veces el territorio español. Muchos territorios latinoamericanos han ido pasando de país en país en una lucha interminable por acaparar y explotar los recursos naturales. Todos estos conflictos se han debido siempre a lo mismo, a luchas por recursos como el caucho, las piedras preciosas, las maderas finas, etc.
En Todoproductividad pensamos que los recursos pueden extraerse de una forma eficiente y sostenible, y dedicaremos tiempo a hablar de otros métodos alternativos de creación de tejido productivo en economías emergentes. Estos métodos, nuevos métodos de explotación de recursos; son un nuevo nicho de mercado para los interesados en técnicas alternativas de ingeniería. Aprovechando el artículo
Tread softly, que publicó The Economist el pasado 30 de agosto, vamos a hablar de métodos sostenibles para la extracción de minerales en la cuenca del Amazonas. ¿De verdad existen estos métodos sostenibles? Vamos a ver que nos cuenta The Economist en esta ocasión.
La noticia ha estallado en la jungla peruana, donde miles de indígenas han comenzado a protestar pacíficamente. La respuesta ha sido una reacción a la aprobación de dos decretos que facilita a las compañías inversoras la compra de tierras pertenecientes a comunidades locales. Los manifestantes protestan ante las instalaciones petrolíferas porque temen que sus tierras pasen a manos de compañías extranjeras. Y es que aunque parezca increíble, esto sigue ocurriendo en Latinoamérica, más aún en África Occidental e incluso en China. En China, sin ir más lejos, es costumbre seguir la retórica de Mao, en la que se pedía a los pobladores de un territorio entregasen todo por el bien de la nación. Y como es previsible, en cuanto que los países comienzan a disfrutar de garantías democráticas cada vez más sólidas, la población protesta enérgicamente contra estas medidas.
¿Desarrollo de comunidades locales?
El caso de África occidental, donde actualmente se produce el 20 % del petróleo del mundo es aún más sangrante. Los paupérrimos países de la zona reciben ahora todo tipo de parabienes de los gobiernos de EE.UU., China, Francia, Gran Bretaña y algunos países más. El motivo es que en los últimos cinco años se han descubierto importantes yacimientos, muchos de los cuales están ubicados en el Golfo de Guinea. Al respecto, en septiembre de 2005 National Geographic publicó un artículo titulado "African Oil whose Bonanza?". En este artículo, entre otras cosas, se hablaba de las contribuciones que habían hecho las multinacionales del petróleo en algunos países de la zona para tratar de explotar el petróleo desarrollando las comunidades locales. El articulista se sorprendía de que pese a las inversiones compensatorias en algunas zonas donde se descubría petróleo había aparecido la "violencia de los indígenas". ¿Cómo era posible? Quien suscribe este artículo, mandó una carta al editor de la revista con el siguiente argumento sencillo, un extracto del cual se publicó en la revista posteriormente:
La carta decía algo así:
"Se sorprenden ustedes de que las comunidades locales se muestren violentas y aparezcan focos guerrilleros en lugares donde la industria petrolera está invirtiendo en desarrollar las comunidades locales. Yo les pregunto:
Cuando Estados Unidos se apoderó de Texas en 1845 (por cierto, también por sus recursos), en los ranchos ganaderos se descubrió petróleo a poca profundidad (250 metros). Pues bien, los rancheros se transformaron en petroleros y fundaron muchas de las compañías que ahora dominan el mundo. ¿Qué hubiese ocurrido si a esos granjeros se les expropian sus tierras y como medida compensatoria la empresa que se queda con ellas construye un colegio y una guardería en la localidad? Pues esto es lo que está ocurriendo en África, así que no hay que extrañarse de que la población se comporte belicosamente".
Pues bien, esto es lo que sigue ocurriendo en muchas comunidades locales donde se descubre "petróleo". En vez de hacer ricos a sus propietarios resulta que son expulsados de sus tierras en aras del desarrollo de la nación.
La nueva fiebre del petróleo en el Amazonas
Volviendo al artículo de The Economist, el impopular presidente del Perú, Alan García, argumenta que las ONGs están bloqueando el desarrollo económico del país al apoyar y organizar a los desprotegidos indígenas. Conflictos de este tipo existen en toda la cuenca del Amazonas, y el motivo es siempre el mismo: Se pretenden explotar recursos naturales sin asumir que los propietarios del recurso son las personas que siempre han vivido allí.
En toda Latinoamérica, el estado es por Ley el propietario de todos los recursos que contiene el subsuelo, y específicamente del petróleo, gas natural o mineral que contiene. Y ante el incremento de los precios de las materias primas que vive el mundo, se ha desatado una auténtica carrera por obtener los preciados recursos minerales que el mundo necesita. En El Perú, por ejemplo, un país que es casi tres veces España, desde 2005 se han expandido las prospecciones petrolíferas hasta los confines más inexplorados de la cuenca amazónica. Las exploraciones han pasado de afectar tan solo al 15 % del territorio del país a alcanzar actualmente un 72 % del territorio. Pero los indios peruanos, muchos viviendo en comunidades voluntariamente aisladas, son los propietarios del 90 % del territorio donde se encuentra el petróleo y el gas del país.
Ahora es rentable extraer petróleo de lugares tan remotos como la cuenca alta del Amazonas, y las compañías petrolíferas se disponen a hacerlo. Pero no solamente está ocurriendo esto en el Perú. Las Junglas del sudeste de Colombia van a ponerse en explotación en breve. Y el presidente Chaves ya ha presentado un increíble plan (muchos lo ven impracticable) para bombear el gas natural de los ricos yacimientos de su país nada menos que hasta Buenos Aires, y atravesando por el centro toda la cuenca del Amazonas. En Bolivia, el nuevo estado está recibiendo asistencia técnica de la compañía estatal venezolana para explorar sus remotas junglas. También en Ecuador se ha encontrado petróleo, pero que casualidad, ha ido a aparecer en el bellísimo y valioso
Parque Nacional Yasuni. Para resolver el dilema sobre la explotación de este petróleo, el presidente Rafael Correa ha prometido a las tribus indias que dejará el territorio intacto, siempre que los países ricos compensen al país con 3.500 millones de dólares en los próximos diez años. La propuesta nos parece bastante ingenua, porque con ese dinero se podrían adquirir superficies mucho mayores de territorios con valor ecológico similar. Así que los pobres indios mejor no se hagan muchas ilusiones.
¿Explotación sostenible?
La actitud de las compañías occidentales explotando este tipo de recursos ha sido siempre indiferente hacia el medio ambiente. En relación a las poblaciones que habitaban los territorios que se les adjudicaban, la actitud de las más correctas se limitaba a informarles de la intervención que iban a hacer en el territorio. Por supuesto nadie se planteaba siquiera a pedir consentimiento a unos indios analfabetos.
Actualmente, algunas ONGs están trabajando para reconciliar la explotación de los recursos naturales con la población local y el medio ambiente. Existen métodos menos agresivos, y más productivos, que pueden ejecutarse con relativa facilidad en el bosque lluvioso. Es más, la explotación petrolífera podría llegar a ser menos lesiva que otras más tradicionales como los ranchos ganaderos o el cultivo de soja. Muchas medidas pueden aplicarse, como la disminución de las vías de comunicación que son las que acaban degradando todo el territorio por la facilidad del acceso humano. Es posible, por ejemplo, desplazarse en helicóptero por la selva, lo cual desde luego es menos lesivo. También pueden realizarse perforaciones utilizando el menor número de pozos posible. Estas técnicas se denominan "extended-reach drilling", e implican perforar a mayor profundidad (hasta 12.000 m) y luego perforar horizontalmente. Los pozos situados en la selva podrían ser eficientes separándose hasta 20 kilómetros entre sí.
De todas formas, muchas compañías petrolíferas son aún escépticas ante estas nuevas técnicas.
Los trabajos de prospección también pueden mejorarse sensiblemente, y son ya muchas las compañías que han sustituido el bulldozer por el convencional machete. También la potenciación de las imágenes aéreas reduce el uso de la dinamita. También está aumentando la sensibilidad para recuperar los residuos peligrosos e inyectarlos en el subsuelo, en vez del tradicional vertido directo al río de la jungla. Texaco y Occidental Petroleum , por ejemplo, ya están siendo perseguidas en Ecuador verter directamente residuos peligrosos al río.
Queda mucho trabajo por hacer en este campo, y esperemos que las cosas vayan mejorando en el futuro, puesto que la situación actual no es nada tranquilizadora.
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