El ritmo de caídas en los precios de las materias primas que estamos viendo en los últimos meses sólo es equiparable a la intensidad de las subidas antes del verano. Nunca se ha conocido nada parecido. El petróleo casi llega a los 150 dólares en julio, mientras que ahora roza los 40, y presumiblemente seguirá bajando. Así que imaginemos lo que esto supone en las previsiones de las compañías y en sus cuentas de resultados. Los que vivían del petróleo caro ahora repliegan velas rápidamente, un fenómeno que está ocurriendo en todos los países productores que se ven obligados a recortar o suprimir sus proyectos de inversión (ver ejemplo del megalómano Dubailand project). Los países desarrollados, los más golpeados por la recesión, sienten por el contrario un cierto alivio al ver como las materias primas bajan y bajan de precio.
Pero las consecuencias de todo esto pueden ser aterradoras, pero los analistas ven que en términos reales las materias primas están cayendo a unos niveles no conocidos ni siquiera durante la gran depresión, cuando tocaron fondo en 1933. El cobre, plomo y zinc se están hundiendo en el London Metal Exchange, donde sus cotizaciones se siguen desde los años entre guerras. "Lead and zinc have already lost more than they did in the 1930s", ha afirmado el analista Kevin Norrish. El plomo y el zinc han caído más de lo que lo hicieron en los años treinta.
El cobre fue también duramente golpeado en los años 30, a pesar de ser una época de electrificación en USA y la Unión Soviética, pero el hundimiento de la construcción hizo que la demanda se desplomase.
Barclays Capital ha dicho que los mercados de las materias primas están descontando ya un descalabro en los beneficios sólo conocido durante los años 30, y los movimientos en los créditos que estamos viendo sólo pueden anticipar una contracción económica a niveles similares de los de la era de la gran depresión. Los mercados de crédito continúan exhibiendo signos de extremada tensión, y los intentos desesperados de los bancos centrales de dar liquidez al sistema parecen estar fracasando. El iTraxx Crossover index, que mide el riesgo de fallo en los bonos europeos de grado bajo llegó ayer por primera vez a lso 960 puntos y el investment grade index golpeó los 188. Los signos de peligro que estamos viendo estos días son similares a los vistos en septiembre antes del colapso de Lehman Brothers.
¡Cada episodio de la crisis financiera de los últimos ocho meses ha sido precedido por un gran salto de los índices iTraxx!
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