La economía se deteriora con rapidez, y poco a poco la gente se va convenciendo que la salida de una recesión tan profunda como la que barre el mundo no va a ser algo tan sencillo. Y uno de los países que más duramente ha sentido los efectos de la crisis internacional ha sido Rusia.
Rusia ha visto en pocos meses cómo la riqueza que le había proporcionado el petróleo se volatilizaba de la noche a la mañana. Nadie podría haber soñado hace nueve meses que el petróleo iba a estar ahora en el entorno de los 52 $ el barril. El problema para Rusia no es en sí que el petróleo esté barato, lo que realmente ha ocurrido es que toda la planificación del país se realizó bajo unos supuestos de precios mucho más elevados. Un torrente de malas noticias está asolando el país estos días, y la producción industrial continua colapsando, a la vez que el desempleo se eleva. La caída de la producción industrial ha sido del 13,2 % en febrero respecto al año anterior.
Un potente símbolo del dolor es Avtovaz, el mayor fabricante de vehículos de Rusia, productor además del ubicuo Lada. La compañía ha tenido que ser intervenida por Russian Technologies Corporation. A la vez que la demanda por este tipo de coches se ha ido evaporando, sus problemas se han ido agudizando hasta el punto que más de la mitad de sus activos han tenido que dirigirse al pago de la deuda.
En Rusia está ya habiendo problemas para el pago de los salarios, algo que viene a recordar los caóticos años 90. Los datos oficiales muestran que aproximadamente medio millón de personas han visto como sus salarios eran retenidos en el mes de febrero, pero algunos analistas precisan que estos datos son solamente una parte de la realidad.
Entre las medidas del Kremlin mencionamos los ruegos a los oligarcas rusos por su “deber moral” en el mantenimiento de los puestos de trabajo.
Bibliografía: Poor Little rich kids. The Economist March 21st 2009
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