Decimos que la recesión española tiene unas particularidades que la hacen diferenciarse claramente de la crisis financiera internacional. Lamentablemente es así, los excesos del ladrillo en una década han provocado una "spanish typical bubble" que ahora amenaza nuestra economía mucho más que las demás. Tan sólo hay que comparar las variables macroeconómicas españolas con las del resto del mundo.
Buena prueba de ello es que en el día de hoy, The New York Times vuelve a sacarnos en portada, esta vez como ejemplo claro de escenario deflacionista. El diario neoyorquino emite su crónica desde Valencia, uno de los baluartes más destacables del desastre inmobiliario, y en Valencia ve NYT cómo los precios se hunden por doquier. Desde restaurantes a las tiendas de moda, pasando por supermercados e incluso farmacias. Todos los vendedores están en la fase de terror que se genera históricamente en la antesala de un escenario deflacionista, y su comportamiento es muy fácil de explicar. Si no se vende, la única solución que queda es bajar los precios, y esta bajada continuará incluso aunque no se obtenga beneficio alguno.
El escenario deflacionista es según NYT lo que está provocando en España la debacle en el desempleo, y la explicación es también bien clara y sencilla. Disminuyen las ventas y el empresario se ve obligado a recortar gastos, y entre los gastos que pueden ser disminuidos destaca sobremanera el gasto de personal. La combinación de la elevación del desempleo y la caída de los precios hace pensar a los analistas internacionales que España es el más firme candidato a atravesar un periodo deflacionista de los de "manual de economía". Y cuando decimos manual de economía nos referimos a los dos episodios que NYT cita para comparar con la situación deflacionista a la que se enfrenta España: "Gran Depresión" y la "Década perdida de Japón". El problema de la deflación es que acaba originando una espiral descendente que es muy difícil de corregir. Conforme aumenta el desempleo de forma agua se recorta el gasto del consumidor, y las compañías se ven obligadas a ir recortando precios. Pero si las ventas no remontan, los ingresos continúan declinando, forzando a mayores recortes en plantillas y salarios. Según NYT, en ningún lugar del mundo este ciclo es más evidente que en España. El mes pasado, España fue la primera de las naciones de la zona euro en registrar inflación negativa. Una caída así, no se ha registrado en las estadísticas españolas desde que comenzaron a elaborarse en 1961. Los analistas españoles dicen que los precios pueden continuar cayendo al menos hasta después del verano.
La caída de los precios en los productos más volátiles es simplemente de hundimiento; el coste del pescado ha caído un 6,2 %, y el del azúcar ha bajado un 5,7 %. Pero incluso en sectores caracterizados por la estabilidad de precios, como el farmacéutico, se ha visto que en marzo han caído los precios un 0,7 %.
Todas las alarmas han saltado, pues la economía se puede recuperar de la desaceleración, pero es mucho más difícil superar situaciones de deflación.
Y el problema es que si bien España lidera este nuevo frente, muchos países de Europa están próximos a entrar también en deflación. Luxemburgo, Portugal e Irlanda han informado sobre caídas de precios también, aunque menos claras que en el caso español.
El artículo de NYT completo aquí
Una pequeña puntualización, en Valencia (ciudad y provincia) no se ha producido el boom inmobiliario que ha habido en otros lugares. La aportación al VAB del sector de la construcción en la provincia de Valencia en 2008 ha sido del 8%, el conjunto de la comunidad autónoma del 11'3%, y la media española del 10,6%. El valor mayor corresponde a Extremadura con el 14,7% y el menor a el País Vasco con el 8,8%.
ResponderEliminarNuestros datos no son esos, pero nos referíamos a la Comundad Valenciana. El lugar donde hemos visto una situación más "caótica" ha sido en Alicante, especialmente en el entorno de Torrevieja.
ResponderEliminarOk. Los datos que puesto de las comunidades autonomas son de la patronal SEOPAN. Los he encontrado buscando con el google. El dato de la provincia de Valencia lo leí en el periodico Las Provincias, y me llamó la atención porque era muy bajo con respecto a Alicante y Castellón. De todas formas, está claro que está todo muy hundido.
ResponderEliminarÁnimo con el blog, suelo leerlo aunque no comente nunca.
Jorge.