La industria española se hunde y nadie sabe cómo parar la debacle. Y si se hunde la industria arrastrada por la construcción, sólo podemos esperar un periodo recesivo que ni los más pesimistas podían siquiera imaginar. Un periodo recesivo que marcará durante toda su vida a millones de españoles que se están dando cuenta de golpe que el "spanish way of life" era sólo un sueño. Muchos años de sufrimiento esperan a una población, que tendrán ahora que desenterrar ancestrales costumbres de austeridad que sólo recuerdan los más viejos.
La vorágine especulativa de tantos años ha llenado España de ladrillo y ocio; y nadie se ha planteado que no se estaba construyendo nada que realmente produzca y dé sostenibilidad al futuro. Infraestructuras, ocio, ladrillo; en todos los rincones la cantinela es la misma. ¿Para que valen las infraestructuras si no se acompañan de centros de producción? ¿Para que valen polígonos industriales en pueblos remotos si en los núcleos urbanos es imposible rentabilizar un negocio por el despropósito del precio del suelo industrial? ¿Para que valen polígonos y polígonos llenos de actividades industriales cuyo único cometido es dar soporte al ocio y a la construcción?
El Índice General de Producción Industrial (IPI) descendió un 14% en marzo respecto al mismo mes del año anterior y un 24,7% al descontar los efectos de calendario, lo que supone la mayor caída de este indicador desde que se inició esta serie en 1994, informó hoy el Instituto Nacional de Estadística (INE). La producción industrial experimenta así su undécima caída consecutiva, siendo el de marzo el mayor descenso en 15 años dentro de la serie corregida de calendario.
En el primer trimestre del año, la producción industrial retrocedió un 21,2% en comparación con el mismo periodo de 2008, descenso que amplía hasta el 22,8% eliminado el efecto calendario. Casi todas las actividades experimentaron en marzo descensos interanuales en su producción, destacando la fabricación de vehículos de motor, remolques y semirremolques, que registró una caída del 34,4%, en línea con la difícil situación que vive el sector del automóvil y la desaceleración del consumo.
Por destino económico de los bienes, las tasas de variación respecto al mismo mes del año anterior fueron del -1,9% para los bienes de consumo (-21,4% para los bienes de consumo duradero y 1,5% para los bienes de consumo no duraderos), del -17,6% para los bienes de equipo, del -21,8% para los bienes intermedios y del -11,9% para la energía.
Descontando los efectos de calendario, las tasas interanuales fueron del -13,7% para los bienes de consumo (-38,4% para los bienes de consumo duradero y -9,4% para los bienes de consumo no duradero), un -30,6% para los bienes de equipo, un -31,8% para los bienes intermedios y un -18,2% para la energía.
Descenso generalizado en las CCAA
Todas las comunidades experimentaron en marzo caídas en su producción industrial, registrándose los mayores descensos en Baleares (-21,4%) y Murcia (-20,9%). Las menores caídas correspondieron a La Rioja (-6,1%) y Extremadura (-6,5%). En el acumulado del año, las mayores caídas del IPI se dan en las comunidades forales, con descensos del 27,6% en el caso de Navarra, y del 24,1% en el País Vasco. Extremadura, por su parte, es la comunidad donde menos retrocedió la producción industrial hasta marzo, con una tasa negativa del -11,3%.
Los datos cuantitativos proceden de lo publicado por Cotizalia.
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