La crisis económica internacional no parece arreciar por el momento, así que de día en día vamos viendo cómo cada vez más las empresas se preparan para una dura etapa de resistencia. Cada día van llegando nuevos indicios sobre la extensión de la recesión, y la forma como la misma está afectando prácticamente a todos los países. Pero España suma a la crisis internacional la suya propia, la derivada de una burbuja especulativa sin precedentes en la que se sustentó el crecimiento de la economía nacional desde 1998. Difícil es para los que viven fueran entender cómo pudo llegarse a la situación que desembocó en lo que actualmente se vive aquí, donde la situación es ya tan grave que ni los trabajadores se manifiestan buscando mejoras de los patronos. Y los trabajadores no recurren a medios de presión porque saben que es inútil, y que los actos de coacción sólo pueden hacer que la situación de su empresa empeore o incluso cierre definitivamente. Las empresas españolas se encuentran en una triste situación, y es que no saben qué camino seguir, y no ven que el futuro depare mejoras significativas.
Y es que la situación es muy dura. Hoy mismo hemos vuelto a ser portada en la prensa internacional, esta vez en Wall Street Jounal, donde lo que realmente causa sorpresa es que no haya disturbios en España ante el desplome económico que vive el país. El motor de la economía española ha sido desde hace años el sector de la construcción, un sector espoleado por las obras faraónicas no productivas y por el fenómeno especulativo de la inversión en el sector residencial. Durante años en España se extendió una idea: la mejor inversión es comprar activos inmobiliarios, y ello hizo que no se desarrollase un sector tecnológico que ahora podría ser nuestra salvación.
La gráfica que muestra el artículo es el indicador más claro de lo que está ocurriendo en España. La gráfica que reproducimos muestra cómo el desempleo simplemente se ha disparado en términos relativos respecto al resto de Europa. Si en Europa el desempleo sólo ha crecido ligeramente, en el caso español prácticamente se ha doblado, y según todas las predicciones seguirá creciendo al mismo ritmo. El próximo año el desempleo alcanzará el 20 %, y millones de persona no cobrarán ya prestaciones por desempleo.
Según el diario norteamericano nuestro país es el mayor ejemplo de inflexibilidad laboral y baja productividad. Si una empresa deja de vender el empresario no tiene más remedio que mantener a sus trabajadores a la espera de tiempos mejores, y eso en la peor recesión conocida en muchos años no tiene sentido alguno. La movilidad laboral es prácticamente nula, y según estudios citados en el artículo los españoles son reluctantes a moverse de sus regiones en caso de quedar desempleados – una peculiaridad que es un grave lastre para la economía.
El sentido de la familia es intenso en España, y ello está provocando que la población afectada pueda recibir consuelo y ayuda de los más próximos, pero es una medida paliativa que tampoco ayudará a salir de la crisis.
Y otro hecho a destacar en el artículo es la extraordinaria proporción de dinero negro que existe en el país. La economía de estos años ha generado mucho dinero que ha salido del sistema, y ahora es imposible que ese dinero vuelva a generar riqueza. Se estima que el dinero negro puede ser un quinto de la economía española, y eso ayudará a muchos a resistir, pero no levantará la economía.
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