Una gráfica nos ha llamado la atención, y es la que ilustra este artículo. La gráfica procede del artículo "The financial return on energy invested", y muestra cómo ha caído el retorno financiero de las inversiones en energía en la actual crisis financiera global. La gráfica representa el ratio entre el PIB global y los costes de la energía, que el autor ha llamado Financial Return on Energy Invested (FRoEI).
La gráfica muestra también que este índice se está comportando ahora de la misma forma que lo hizo ante la última crisis del petróleo del 73-79. El anterior mínimo (1979) coincidió con la revolución de Irán, y desde entonces había ido creciendo con fuerza hasta 1998. A partir de 1998 (fecha de inicio de la burbuja del crédito actual) comenzó a caer el indicador hasta los datos actuales.
En el estudio en cuestión se defiende una teoría que se va extendiendo según la cual el precio del petróleo está limitado por el tamaño de la economía global.
En el artículo se defiende que cuando los precios de la energía son muy altos, los costes de artículos no energéticos se disparan y ello empuja a toda la economía global en recesión. Esta teoría es conocida desde hace años, y desvela el efecto corrector que tiene el precio del petróleo. Las breves excursiones del precio del petróleo por encima de los 100 dólares se deberían a la volatilidad del precio.
Tiene mucho que ver el precio del petróleo con la recesión global, y ello se debe especialmente a su influencia en la inflación.
Otra de las conclusiones del estudio es más que interesante: "When fossil fuel supplies do begin to fall, the only way that GDP can genuinely grow is through energy efficiency". El precio del petróleo puede frenar el crecimiento de la economía. Cuando los suministros de combustibles fósiles comienzan a caer, la única forma de conseguir crecimiento en el PIB es mediante medidas de eficiencia energética.
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