El avance de la tecnología se frena si no se difunden los conocimientos o no están disponibles a bajo coste las nuevas herramientas que van desarrollándose.
Cuando comenzó a hablarse del software libre, las grandes compañías inicialmente ignoraban esta estrategia, luego comenzaron a reírse, pero ahora ya no lo hacen. Y es que el avance del software libre ha sido espectacular en la última década. El software libre, cuya receta fundamental es que es creado por voluntarios de todo el mundo es distribuido gratuitamente online. Mucho se intentó desprestigiar al software libre y a los supuestos oscuros intereses que estaban detrás, pero lo cierto es que mucha gente trabaja simplemente como hobby.
El sistema tradicional de venta de software estaba estudiado de forma que las grandes compañías vendían un producto totalmente cautivo, ya que una vez se había conseguido una cuota de mercado mayoritaria, los usuarios eran totalmente dependientes de los honorarios por licencia, parches, actualizaciones y soporte técnico que el desarrollador de software controlaba. En los años del software cerrado nacieron los grandes “cuasi monopolios” como Microsoft que dominaban sin problemas una parte importante de la tecnología. Pero claro, por muy potente que sea un monopolio, difícil lo tiene al luchar contra miles de voluntarios que en todo el mundo colaboran en proyectos de software libre. El software libra desbloquea al avance de la tecnología y ello estimula a que su crecimiento sea mucho más rápido. No hay honorarios por licencia, y los formatos de los archivos y las estructuras de datos están abiertas. Todo el mundo puede explorar las tripas de estos programas y ello los hizo populares durante la burbuja de las .com y más aún después como una forma de ahorrar costes.
Microsoft, la compañía de software más grande del mundo, se reía de la idea de luchar contra estos competidores, y por el contrario advertía de los riesgos legales de usar software en código abierto, e incluso se refería a él como un cáncer que podía dañar la industria. Pero la popularidad de programas en código abierto como Linux crecía sin parar. Google fue el primer gigante que apostó por el código y creó una fundación para apoyarlo, lo cual enterró la idea de que no era lo suficientemente poderoso y fiable como para su uso en deberes donde se exigía alta responsabilidad. Incluso el gran enemigo del código abierto, Microsoft, llegó entonces a admitir que la experiencia de miles de usuarios de internet rastreando y mejorando el software tenía su mérito, al menos en algunos casos.
El software abierto ganó la batalla, y ahora generalmente se admite que el futuro pasa por mezclar software abierto con software cerrado, y muchas compañías de código abierto adoptan ya modelos híbridos.
Bibliografía: Unlocking the cloud. The Economist May 30th 2009
Cuando comenzó a hablarse del software libre, las grandes compañías inicialmente ignoraban esta estrategia, luego comenzaron a reírse, pero ahora ya no lo hacen. Y es que el avance del software libre ha sido espectacular en la última década. El software libre, cuya receta fundamental es que es creado por voluntarios de todo el mundo es distribuido gratuitamente online. Mucho se intentó desprestigiar al software libre y a los supuestos oscuros intereses que estaban detrás, pero lo cierto es que mucha gente trabaja simplemente como hobby.
El sistema tradicional de venta de software estaba estudiado de forma que las grandes compañías vendían un producto totalmente cautivo, ya que una vez se había conseguido una cuota de mercado mayoritaria, los usuarios eran totalmente dependientes de los honorarios por licencia, parches, actualizaciones y soporte técnico que el desarrollador de software controlaba. En los años del software cerrado nacieron los grandes “cuasi monopolios” como Microsoft que dominaban sin problemas una parte importante de la tecnología. Pero claro, por muy potente que sea un monopolio, difícil lo tiene al luchar contra miles de voluntarios que en todo el mundo colaboran en proyectos de software libre. El software libra desbloquea al avance de la tecnología y ello estimula a que su crecimiento sea mucho más rápido. No hay honorarios por licencia, y los formatos de los archivos y las estructuras de datos están abiertas. Todo el mundo puede explorar las tripas de estos programas y ello los hizo populares durante la burbuja de las .com y más aún después como una forma de ahorrar costes.
Microsoft, la compañía de software más grande del mundo, se reía de la idea de luchar contra estos competidores, y por el contrario advertía de los riesgos legales de usar software en código abierto, e incluso se refería a él como un cáncer que podía dañar la industria. Pero la popularidad de programas en código abierto como Linux crecía sin parar. Google fue el primer gigante que apostó por el código y creó una fundación para apoyarlo, lo cual enterró la idea de que no era lo suficientemente poderoso y fiable como para su uso en deberes donde se exigía alta responsabilidad. Incluso el gran enemigo del código abierto, Microsoft, llegó entonces a admitir que la experiencia de miles de usuarios de internet rastreando y mejorando el software tenía su mérito, al menos en algunos casos.
El software abierto ganó la batalla, y ahora generalmente se admite que el futuro pasa por mezclar software abierto con software cerrado, y muchas compañías de código abierto adoptan ya modelos híbridos.
Bibliografía: Unlocking the cloud. The Economist May 30th 2009
Gracias por publicar este artículo de The Economist, y quitar prejuicios, sobre el software libre, mas eficaz e independiente. A ver si el dia de mañana podemos pasar todos de Microsoft.
ResponderEliminarSaludos
Es tan hermosa la Fotografía del Blog.
ResponderEliminarNo sólo ésta. Sino TODAS.
Estas fotos tan lindas.
Son fotos limpias. Y ecológicas.
Nuestra felicitación más sincera.
MARÍA