Con el euro a 1,50 dólares, un asesor del presidente francés, Nicolas Sarkozy, se ha lamentado de que la fortaleza del euro es un desastre para la industria europea.
No deja de ser sorprendente la fortaleza del euro si pensamos que en 2001 había caído un 30 % de su cotización inicial y se valoraba a 0,83 $.
El euro se ha convertido en pocos años en una moneda codiciada y de ahí su fortaleza respecto al dólar y la libra esterlina. Pero los líderes europeos están preocupados por las dificultades que el ascenso del euro está suponiendo para los exportadores.
Pero otra forma de ver las cosas es que la moneda única ha hecho desaparecer los incentivos para devaluar las monedas, y ahora los exportadores sólo dependen de medidas disciplinarias que ayuden a la zona euro a elevar su productividad. Ahora no es fácil exportar, y ello exige mucha más preparación y esmero de lo que ocurría hace unos años.
Pero otro efecto que se viene produciendo como consecuencia de la apreciación del euro es que la zona euro ayudará a reequilibrar la economía mundial, lo cual es una demandad de los países de la zona euro que pertenecen al G20.
Noticia original en Financial Times.
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