En respuesta a las iniciativas de protección contra el cambio climático actualmente en marcha se han establecido iniciativas para recuperar tras su uso final los equipos de refrigeración que contienen sustancias que deterioran la capa de ozono.
Una clave de esta iniciativa es cómo extraer la espuma de material aislante del refrigerador, y luego separar los clorofluorocarbonos de la espuma.
Las opciones son la extracción de espumas y la desgasificación del encapsulado, o el desmantelamiento manual de aparatos y retirada manual de espumas.
Despegado manual vs. Procedimientos de sellado
Desde un punto de vista puramente económico, el despegado de espuma manual es el método elegido. Sin embargo, este método ha sido recientemente sometido a una evaluación científica por la organización de investigación ambiental alemana, Öko-Institut e.V. El estudio ha investigado los riesgos asociados con las operaciones de reciclaje de frigoríficos que implican el despegado manual de espuma de aislamiento en poliuretano. El estado actual de reciclaje de aparatos de refrigeración implica el tratamiento en plantas completamente encapsuladas, en las que los aparatos se desmenuzan, las materias primas son individualmente recuperadas, y los componentes y sustancias se desmenuzan para su eliminación.
Si el reciclaje se lleva a cabo según RAL GZ-728 Quality Assurance and Test Specifications, más del 90 % de los CFCs se separan y destruyen con seguridad.
Un estudio llevado a cabo por RAL Quality Assurance Association en 2007 calculó los niveles de CFC asociados al reciclaje de frigoríficos. Los resultados mostraron unas emisiones relativamente bajas de alrededor de 0,45 g (expresadas en equivalentes de R11) para un aparato de refrigeración promedio.
El reciclaje manual del frigorífico
En su último estudio, el Öko-Institut determinó las emisiones promedio asociadas al desmontaje de aparatos de refrigeración solamente durante la fase de desmantelamiento manual.
Se desmantelaron y desmenuzaron los frigoríficos clasificando tres fracciones resultantes: Fracción de plástico y metal con espumas PU y una fina fracción hecha con metales y plásticos. Cada fracción fue pesada. Posteriormente la espuma residual fue quitada y se pesaron los restos. Los resultados obtenidos fueron los siguientes:
Los restos del frigorífico contienen entre 1,9 y 13,3 kg de espuma PU; la cantidad promedio fue de 5,1 kg. La cantidad total calculada de CFC R11 originalmente presente en los aparatos era de 160 a 1134 g por aparato, con un valor medio de 432 g. El Óko-Institut concluyó que la pérdida total de CFC durante el desmantelado manual iba en un rango de 25 a 245 g con un valor promedio de 98,6 g por aparato.
Estos resultados mostraron que el reciclaje manual de un frigorífico produce en promedio unas emisiones de 55 g de CFC por aparatos. Esto supone alrededor de 100 veces más emisiones de las esperadas si el frigorífico se trata en una planta de reciclaje de frigoríficos.
Bibliografía: R&D: Fridge Recycling. Waste Management World. January – February 2011
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