El incremento en los precios de la energía es repercutido rápidamente en los costes de los productos esenciales al consumidor, de ahí que la energía influya notoriamente en la inflación. Todo es aceptable hasta que llega un momento en el que los precios son tan altos que la gente deja de comprar las cosas prescindibles y comienza a protestar por las que no puede dejar de comprar. Como vimos en la recopilación de países donde hay protestas (ver aquí) en muchas regiones hay ya serias dificultades para mantener la actividad.
La tasa de inflación anual se incrementó un 16 %, el nivel más alto desde mayo de 1994. El incremento en los precios de estos alimentos es atribuido principalmente a los costes del transporte y a los suministros reducidos en el mercado.
Los grupos de la oposición empezaron a convocar protestas en abril por la subida de los precios.
La tasa anual de inflación de las mercancías creció un 19 % en mayo, mientras que los servicios crecieron un 2,6 %.
Bibliografía: Ugandan inflaction accelerates to 16 % as food prices jump. Bloomberg, May 31, 2011.
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