Los cítricos son árboles típicos de la cultura
española, donde se cultiva una superficie del orden de las 300.000
hectáreas. Los agrios pueden vivir sin sufrir daños importantes a
temperaturas entre 0 ºC y 52 ºC, pero para ser cultivados comercialmente
se requieren temperaturas medias anuales de 13 a 14 ºC, con
temperaturas medias en verano de 22 ºC y en invierno de 10 ºC.
Temperaturas de 25 ºC a 30 ºC son las que se consideran óptimas para la
actividad fotosintética, que se paraliza a partir de temperaturas, de 35
ºC en la mayoría de las especies cítricas y de 38 ºC en pomelo. Sólo
las temperaturas muy frías, por debajo de 4 ºC, tienen efectos
pronunciados sobre la calidad del fruto. Los efectos de la persistencia
de las bajas temperaturas sobre la calidad de los frutos se manifiestan
en la siguiente campaña. Las bajas temperaturas causan un posterior
incremento de vigor en el crecimiento y desarrollo del árbol, sobre todo
de sus brotes. Las mejores calidades de fruta se dan en las zonas con
frío, y es precisamente en esas zonas donde puede haber peligros de
heladas, variando su frecuencia e intensidad dentro una misma zona,
región o comarca. Por su sensibilidad a las bajas temperaturas, muchas
zonas de la península no son aptas para la mayoría de las variedades de
naranjos, y por ello los aficionados a la jardinería y horticultura no
pueden disfrutar de este apreciado árbol típico de las huertas
tradicionales. Para superar esta limitación, TECNOCE trabaja con buenos
resultados ensayando la clonación inteligente de genotipos de naranjos
resistentes a las heladas. Nuestra alta especialización y dominio de la
energía son determinantes para este proyecto de I+D. Para conseguirlo se
buscó material genético resistente a las heladas en zonas de montañas,
concretamente en la Sierra de San Mamed – San Pedro, y a altitudes que
van de los 700 a los 800 msnm. En estas zonas fronterizas del oeste de
Extremadura sus antiguos pobladores seleccionaron naranjos resistentes a
las heladas, o incluso a la nieve que cae con frecuencia en la zona. Se
seleccionaron ejemplares con más de cien años de antigüedad y esos
árboles tan resistentes son los que se están clonando, obteniendo
árboles idénticos que se someten posteriormente a un proceso de
aclimatación en lo alto de la montaña.
La fotografía es una muestra
de los resultados, los pequeños naranjos ya han pasado su primer verano,
y tras las primeras lluvias comienzan a echar hojas tiernas, y pasarán
su primer invierno en el exterior. Nos interesa estudiar ahora el
potencial genético y las posibilidades de cultivo que tienen estos
naranjos de zonas de montaña y frías. La investigación de las
adaptaciones geobotánicas de las plantas, su comportamiento ante las
temperaturas bajas o elevadas, es un mundo por descubrir, TECNOCE lleva
más de 20 años trabajando en ello.
Si deseas visitarnos nuestro stand es el 3A20A en el pabellón 3.
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