Estos
días de enero podremos ver en algunos lugares de Extremadura la vistosa
floración de los almendros silvestres, arbustos que podemos encontrar
jalonando algunas carreteras. Pueden ser ejemplares asilvestrados
procedentes de poblaciones cultivadas (variedad de Prunus dulcis), o
quizás del almendro silvestre o amargo (Prunus webbii). Estafotografía
la hice a finales de eneromuy cerca de San Vicente de Alcántara.
Un
estudio liderado por un equipo de investigación de la Universidad de
Granada (UGR) reveló un aumento en la frecuencia de almendros de
almendra amarga en el medio natural en un período de tiempo muy corto,
de apenas cinco décadas. Los resultados del estudio mostraron una clara
tendencia: los almendrales asilvestrados han ido evolucionando
rápidamente para adaptarse al medio natural en no mas de cinco décadas,
lo cual, a escalas evolutivas es un tiempo muy corto. En este proceso
evolutivo se observa un cambio significativo en las almendras, que
tienden a ser más amargas y tóxicas y a poseer una cáscara más dura.
Esto les brinda una mayor protección frente a los depredadores en el
medio natural y les permite poder dispersarse y germinar con éxito.
En
las almendras amargas se encuentra una molécula llamada amigdalina y
una enzima llamada emulsina. Cuando te estás comiendo la almendra, pones
en contacto a ambas. El resultado es la descomposición de la amigdalina
en D-glucosa, benzaldehido y ácido cianhídrico (HCN). La glucosa es un
azúcar, el benzaldehido proporciona el sabor a almendras amargas y el
ácido cianhídrico es un mortal.
En
cualquier caso es interesante destacar cómo estas especies de floración
tan temprana son importantes para proporcionar nectar a los
polinizadores, tan necesarios en agricultura, y que actualmente están en
serio declive en toda Europa.
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