Este post es un resumen del artículo “untapped potential” publicado en la edición impresa de la revista Waste Management World, en su número de enero-febrero de 2008.
Una de las mayores preocupaciones en las operaciones de vertido de residuos sólidos orgánicos es la emisión de metano, uno de los gases de efecto invernadero. El Intergovernmental Panel on Climate Change (IPCC) estima actualmente que el 2 % de los gases de efecto invernadero se producen en los vertederos de residuos orgánicos. Europa tiene ya una legislación para reducir estas emisiones de metano, pero el actual estado de la técnica para mejorar la situación y producir energía alternativa es enorme.
Una de las preocupaciones de Europa es reducir las emisiones de gas, y los diferentes estado miembros están incorporando este propósito a sus respectivas legislaciones nacionales.
Hasta ahora, cuatro países han reducido en Europa de forma considerable sus emisiones de metano (Alemania, Francia, Reino Unido y Gran Bretaña). El principal mecanismo de reducción es la prevención del metano emitido, y la mayor parte de este gas puede producir energía, con el consiguiente ahorro de combustibles fósiles. En los países que producen energía a partir del metano en Europa, se evitan 4 millones de toneladas de emisiones anuales, lo cual es una cantidad enorme. Con esta ingente cantidad de metano puede generarse 2,3 GWe de electricidad y una cantidad similar de calor. Esto representa 4,6 millones de toneladas de petróleo ahorrado y puede equipararse al consumo anual de energía de la ciudad de Bruselas.
La tecnología actualmente disponible para producir energía a partir del metano es el bioreactor. Estos equipos, están mejorados con sistemas de control del olor y aceleración del proceso de degradación por inyección de agua y recirculación. La eficiencia estimada en recuperación de metano de estos equipos es actualmente del 50-60 %.
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