Sabemos que el potencial de Brasil es enorme, uno de los más importantes del mundo. Pese a ello, este gran país ha tardado mucho tiempo en arrancar con fuerza, aunque ahora parece que está cogiendo velocidad. Por fin el acoso de la deuda parece estar disminuyendo. En efecto, este país, con 190 millones de habitantes está empezando a contar en el mundo, y ello se debe sobre todo al crecimiento sólido que su economía lleva experimentando desde hace unos años. El año pasado, Brasil creció un ritmo del 5,4 %, que si bien puede parecer poco para lo que está ocurriendo en China, estas cifras de crecimiento son muy importantes para cualquier país. Por si fuera poco, en Brasil se ha encontrado petróleo, además, según parece, en grandes cantidades. Si bien se trata de petróleo de aguas profundas (ya hemos hablado en el blog de ello), lo cierto es que con el precio que está empezando a verse en el barril de petróleo, seguro que el rendimiento de estos nuevos yacimientos será enorme.
El cambio de Brasil se ha debido sobre todo en la capacidad para controlar la inflación de sus últimos gobiernos, superando una etapa de gran inflación que provenía de sus primeros gobiernos democráticos. La apertura de la economía proteccionista fue también muy importante para Brasil, y no menos la disminución de la pobreza y desigualdad. Los cambios producidos en los últimos años han creado un ambiente adecuado para los inversores extranjeros, y el último año se ha alcanzado un record de 34.600 millones de dólares.
Respecto a las actividades que están prosperando en Brasil, diríamos que son sobre todo las relacionadas con la agricultura y las materias primas. Brasil, en contraposición a otros países, se ha beneficiado enormemente del incremento en los precios de las materias primas. Por ello, algunos economistas argumentan que Brasil se está beneficiando de cambios estructurales, la industrialización de Asia y la nueva clase media que se está desarrollando en las economías en desarrollo. Pero Brasil no es solamente producción de materias primas, ya que también se ha desarrollado una pujante industria de fabricación, impulsada sobre todo por los nuevos yacimientos petrolíferos descubiertos en sus aguas, cuyo volumen podría superar al descubrimiento del petróleo del mar del Norte en los años 60.
Por último, indicar que los problemas más preocupantes que aún persisten en Brasil son sobre todo problemas estructurales. Destacamos sobre todo un sistema opresivo de tasas y un código laboral disuasorio.
Para elaborar este post nos hemos basado en “An economic superpower, and now oil too”, publicado en The Economist Abril 19th 2008.
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