Hace unos días publicamos un detallado artículo sobre China en el que se analizaban la posible influencia de la crisis internacional en la economía del gigante asiático (ver ¿Qué compañías chinas pueden resistir la recesión de Estados Unidos?). Muchos analistas internacionales esperan ya un enfriamiento de las economía china como consecuencia de la caída de la demanda en occidente.
Pues bien, Bloomberg publica hoy una noticia según la cual en China se está ralentizando tanto la inflación como las exportaciones. Y el ritmo de esta desaceleración parece ser intenso, por lo que la economía China podría estar empezando a sentir la crisis internacional. Las previsiones iban por ahí, si baja el consumo en todo el mundo, China se resentiría puesto que en gran medida basa su economía en las exportaciones y en un consumo interno que se basa en los ingresos obtenidos en las exportaciones. Como consecuencia de este giro en la tendencia de la economía de la cuarta economía del mundo ya han surgido especulaciones sobre el levantamiento de medidas tomadas por el gobierno para enfriar la economía: Recorte de tasas y levantamiento de las restricciones a los préstamos.
Los precios de las mercancías de consumo se elevaron un 4,9 % en Agosto, menos de lo que los economistas estimaban, y después de subir un 6,3 % en el mes de julio (datos de hoy del National Bureau of Statistics). Las exportaciones se elevaron un 21,1 % en China, desacelerándose la ganancia del 26,9 % registrada en el mes anterior. Las bolsas se han recuperado de las pérdidas de días pasados ante las expectativas de que China pueda recortar las tasas, devaluar el yuan y aliviar las restricciones al crédito impuestas para enfriar la economía. El menor crecimiento de la inflación también deja cierto margen al gobierno para contrarrestar la escasez de energía que se viene produciendo como consecuencia del incremento de los costes energéticos. Las medidas que pueden aplicarse serán la elevación de los precios de la energía para estimular a las refinerías y a las empresas de generación.
Las buenas noticias son que las presiones sobre los precios que tanto han perturbado la economía del país en los pasados dieciocho meses parecen estar definitivamente controladas, pero las malas noticias con que esto se debe probablemente a la desaceleración de la economía. Y el problema de la desaceleración de China puede ser importante, puesto que cuando una economía crece con fuerza hay muchos proyectos en ejecución, y si la economía se para de pronto, muchas empresas acaban teniendo problemas. Esto es lo que ha ocurrido en España con la industria, que acostumbrada a ir detrás de la demanda de la construcción, ha visto como la moderación de la demanda colisiona con el incremento del endeudamiento originado por los planes de expansión de las compañías.
Por último, indicar que la inflación en Asia puede haber tocado techo si se confirma la caída del precio del petróleo que estamos viviendo desde julio (el petróleo ha caído un 30 % desde el mes de julio).
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