Desde el punto de vista de la inversión empresarial los cambios repentinos en la cotización de divisas son muy importantes. Es vital entenderlos y saber actuar a tiempo, ya que pueden ser positivos o negativos según la situación.
Hasta hace quince días, Latinoamérica ha salido airosa de la crisis que golpea los mercados internacionales. Pero hace unos días el real brasileño y el
peso mexicano se hundieron de forma repentina y violenta. En los últimos días, por el contrario, hemos visto ya una cierta
recuperación.
¿Cuál es la causa de estos movimientos repentinos y violentos?
Los movimientos de las monedas en la región fueron tan bruscos que obligaron a intervenir a los Bancos Centrales, y México tuvo que gastar el 10 % de sus reservas en solo unas horas para sostener al peso. Las causas pueden deberse a que muchos inversores en Latinoamérica tuvieron que vender activos para recuperarse de las pérdidas que estaban sufriendo en Estados Unidos y en Europa. Pero al empezar a caer la moneda, comenzó a deslizarse cada vez más rápidamente como consecuencia del nerviosismo que provocó su descenso inicial, y como suele ocurrir en la región (ver por ejemplo el caso del corralito), la histeria que se desata en esos momentos hace que todo el mundo empiece a comprar dólares desesperadamente.
Los años en los cuales México ha trabajado para crear
confianza y estabilidad en el siempre volátil peso parecían desvanecerse en pocos días. No es posible hacer que un acto reflejo que durante décadas ha estado presente desaparezca en tan poco tiempo. El deslizamiento del peso se exacerbó como consecuencia de que se deshicieron posiciones
contratos derivados que habían sido rentables mientras que el peso estaba fuerte. Comercial Mexicana, por ejemplo, perdió nada menos que 4.000 millones de dólares en contratos derivados.
Algo similar ocurrió en Brasil. Ya que las exportaciones brasileñas se basan en gran medida en las materias primas, el real ha acabado viéndose por los inversores como una divisa poderosa para el crecimiento económico global. Cuando el real comenzó a caer, se dispararon las pérdidas en derivados.
Una de las teorías que se barajan para explicar esta situación es que como las empresas de la región empezaron a tener también dificultades para acceder al crédito, esto se acabó reflejando en una reducción en el volumen de transacciones. Pero las devaluaciones de ambas monedas pueden también tener efectos positivos si no continúan las turbulencias. De hecho, la revalorización de las monedas brasileña y mexicana estaban empezando a dificultar las exportaciones. Con esta corrección en las cotizaciones es también más fácil captar inversión extranjera ya que se obtienen activos más baratos en toda la región. La preocupación que surge ahora es justamente la contraria, y es que la inflación repunte en la región, puesto que las importaciones se encarecen.
Los bancos centrales de Brasil y México, los auténticos motores de la región, han trabajado duro estos años para conseguir reducir la inflación. Ambos han elevado los tipos de interés en el último año, y ahora es posible que tengan que volver a hacerlo.
Bibliografía: Bad bets. The economist October 18th 2008
Continuan cayendo las divisas de las economías emergentes.
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