Los últimos seis o siete meses se han convertido en los más decisivos para la economía mundial desde hace al menos ochenta años. Todo iba bien, y de repente el crédito se secó, y ello provocó una contracción de la demanda. Esa contracción de la demanda originó un cambio de ciclo, pues de pronto los precios que presionaban sobre muchas economías, pero también estimulaban la actividad económica, se hundieron. Y parece que ha sido peor el remedio de la enfermedad. Los incrementos bruscos de los precios estimulan las economías (burbujas inmobiliarias, materias primas, energía solar, petróleo, etc.), las hacen crecer rápidamente, pero también las hunden repentinamente.
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¿POR QUÉ SE ESTÁ DESTRUYENDO EL TEJIDO PRODUCTIVO?
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La sequía en el crédito ha originado un recrudecimiento de la crisis y destrucción neta de tejido productivo en múltiples actividades, y uno de los principales motivos es que la gente no puede comprar a crédito. No pueden comprar los particulares y tampoco las empresas, y las empresas tampoco pueden utilizar el crédito para cubrir sus necesidades de circulante. De manera particular en España, el enorme endeudamiento que ha provocado la burbuja inmobiliaria ha tenido un peso decisivo en la sequía de crédito que está provocando destrucción de tejido productivo en todas las actividades empresariales. Es decir, la deuda de 800.000 + 300.000 millones de euros que soportan los hipotecados y promotores españoles ha tenido repercusiones directas en el resto de la economía. Como consecuencia de ello, España soporta una crisis financiera internacional de gran magnitud, a la que se suma su particular sequía de crédito que ha sido provocada por los excesos cometidos durante más de una década. Estos hechos no suelen ser reconocidos por los medios de comunicación convencionales porque todos sin excepción se encuentran de alguna u otra forma afectados por una deuda de tal magnitud, y sobre todo porque la valoración de la economía española se basa sobre todo en los activos inmobiliarios, que si se desploman como parece previsible, pueden poner en serio peligro a muchos sectores económicos.
Pero a la hora de tomar decisiones empresariales, al menos por los que no estén implicados directamente en este “spanish credit crunch”, es vital conocer cómo van a evolucionar en el medio plazo las distintas variables macroeconómicas que afectan a las respectivas actividades empresariales. Es decir, hay actividades empresariales que simplemente están sufriendo los efectos colaterales del problema, y otras actividades empresariales que son precisamente las que han provocado el problema. Como consecuencia de ello, es muy importante que para garantizar la viabilidad de las empresas que sufren los efectos colaterales citados, podamos entender realmente lo que está pasando. Ese es el enfoque que intentamos dar a este tipo de artículos.
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EL PUNTO DE PARTIDA
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Pasando ya el ecuador de esta cuesta de enero, más pronunciada que lo habitual, hemos descubierto de repente un fenómeno nuevo, el desplome de la demanda de productos de todo tipo (ver “El derrumbe con datos de la industria mundial”). El año 2008 ha finalizado de una forma peculiar, la gente simplemente ha considerado que ha llegado el momento de pasar a la defensiva, y ha dejado de gastar. Esto puede parecer malo a primera vista, pero si nos fijamos cómo está afectando esta restricción en el gasto a las diferentes economías mundiales, veremos que es malo para unas y no tan malo para otras. Como vimos en el artículo citado, el recorte en el gasto está castigando con fuerza a las economías exportadoras. Las economías que no han creado las burbujas especulativas, especialmente inmobiliaria, que nos han llevado a esta situación, son las que ahora están cayendo con fuerza: Japón, Alemania, Taiwan, etc., estas economías se encuentran entre las más castigadas.
Respecto a la economía española, ni que decir tiene que sigue cayendo con fuerza, y la caída en este caso es provocada sobre todo por la paralización de múltiples actividades relacionadas con el sector inmobiliario: construcción, promoción, inmobiliarias, industria auxiliar, transporte, equipamiento doméstico, publicidad, etc. El terror se ha instalado en la población y ello está también provocando una contracción general de todo tipo de actividades empresariales, aunque la disminución de la demanda ya es variable dependiendo del sector. Las empresas que no han sido previsoras o no se gestionan eficientemente, lo están pasando mal, y lamentablemente una parte significativa del sector industrial va a desaparecer.
Lo único que consuela en estos momentos es que el efecto combinado de ayudas públicas, prudencia del sistema bancario, y mayor tasas de ahorro; parece que por el momento protege a la economía de una quiebra en cadena del sistema bancario. Cierto es que siguen sonando las alarmas, pero al menos de momento parece haber un cierto margen de tiempo, y esto es muy importante. Si con la que está cayendo empiezan a quebrar bancos, es indudable que caeremos en una depresión profunda de la que tardaremos muchos años en recuperarnos. En ese sentido, no deja de ser positivo el ahorro como sistema de apuntalamiento del sistema bancario.
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¿POR QUÉ ESTÁ CAYENDO EL CRÉDITO?
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Hace unos días hablábamos de una cuestión vital (¿Llegará el crédito a la calle en 2009?), pues entendemos que muchas empresas dependen para su supervivencia de esta disponibilidad de crédito. Cierto es que las administraciones públicas están haciendo un esfuerzo para aportar liquidez a las empresas, pero es necesario también entender qué es lo que está realmente ocurriendo con el crédito. ¿Cómo es posible que lo que antes se daba por sentado ahora sea cada vez más complicado? Vamos a analizar con un poquito de detalle cuales son las causas de esta escasez de dinero.
El dinero moderno es todo “deuda”. Deudas que se deben al sistema bancario. No es nada más que eso. Casi todo el dinero que está en circulación fue creado en forma de una deuda que alguien debe al sistema bancario.
Según la teoría económica bajo la que funcionan los bancos y el dinero, el suministro de dinero debe crecer en conjunción con el crecimiento económico. El suministro de dinero debe ser siempre el suficiente como para acomodar y facilitar comercio, negocio y actividad económica. Bajo este papel, el dinero se define poco más que “unidades de transacción económica”. Una cuestión un poco más oscura, es cómo nuestro sistema bancario consigue el suministro de dinero para crecer con paso corto respecto al crecimiento económico, de forma que no se experimente inflación, deflación, burbujas y estallidos de burbujas. En el sistema económico mundial, el gobierno ha delegado el control del suministro del dinero a un sistema bancario central, pero el suministro de dinero sólo puede crecer de forma que el banco emisor emita una deuda a alguien. Cada vez que se inyecta liquidez al sistema lo que se está haciendo realmente es creando una deuda.
Ningún sistema bancario puede simplemente imprimir billetes o distribuir cheques. Lo único que pueden hacer es imprimir billetes siempre que haya una deuda que alguien soporte, una deuda asumida por una parte privada. El préstamo debe eventualmente ser devuelto, con intereses, o al menos girado o extendido y sobre-extendido. Esto significa que para que “dinero nuevo” entre en circulación, alguien debe pedir dinero a un banco e iniciar el proceso. El “dinero nuevo”, creado de un banco es ahora parte del suministro de dinero que entra en circulación en la economía.
¿No consiguen los bancos el dinero que prestan de la gente que deposita dinero como ahorro? Si y no. El ahorro de los depositantes es fiable para el banco, tienen que pagar al depositante y devolverlo si es solicitado. Una vez que un banco consigue un depósito, y de ahí viene el interés por los depósitos nuevos, puede crear mucho dinero creándose un efecto multiplicador que genera mucho dinero, donde el banco puede prestar dinero en más cantidad que las reservas necesarias para devolver los depósitos con los que crean estos préstamos. El ratio de reservas es variable entre los diferentes países. Este ratio de reserva junto con el efecto multiplicador permite al sistema bancario generar nuevos préstamos, nuevo dinero, que puede ascender hasta diez veces la cantidad de un nuevo depósitos. El sitio web de Federal Reserve Bank of New York, contiene muchos artículos que discuten este efecto.
Pero claro, este mecanismo funciona muy bien cuando la economía está en expansión, y cuando la economía se comporta correctamente, como ha ocurrido desde hace años. Así se han financiado todas las inversiones que han permitido un crecimiento importante de la economía mundial. Pero el problema surge desde el momento en que el número de personas que dejan de pagar los créditos empieza a aumentar, y en la crisis actual la morosidad se inició, con un fenómeno que hemos explicado muchas veces. Los bancos prestaron dinero, nos referimos a los activos inmobiliarios, bajo la hipótesis razonable y extendida de que estos activos no “bajaban de precio”. Si los activos inmobiliarios se revalorizaban continuamente, la morosidad no era ningún problema. Si alguien no pagaba simplemente se embargaba su activo y se colocaba nuevamente en el mercado, consiguiéndose incluso una revalorización adicional. Pero hace unos años comenzó el “boom” de las materias primas, originado por una elevada demanda, y los bancos centrales se vieron obligados a aumentar los tipos de interés a partir de 2005. Y el aumento de los tipos tuvo un doble efecto, por una parte impidió que cada vez más demandantes de vivienda quedasen fuera del mercado de la vivienda, a la vez que hizo aumentar la morosidad, y las consiguientes ejecuciones hipotecarias. La suerte estaba echada y no había ya quien parase el proceso que se desencadenó en un buen número de países, pues a la vez que disminuía el número de personas que podían acceder a los créditos, iba disminuyendo la capacidad de los bancos para prestar dinero. Y lo peor comienza cuando los bancos empiezan a temer por su propia solvencia como consecuencia de que al bajar la demanda disminuye el valor de los activos sobre los que se soportan los préstamos, pues comienza subliminalmente un fenómeno de contracción de la economía que es el que tuvo lugar a partir de 2005, y comenzó a manifestarse en diciembre de 2006 en Estados Unidos. Se habló de las hipotecas subprime como la causa de esta crisis, pero la raíz de los problemas era anterior, y se basaba en los mecanismos que hemos explicado.
El efecto multiplicador se comporta ahora a la inversa, contrayendo la disponibilidad de crédito y de dinero cada vez más, con un mecanismo simular al colapso de la pirámide de ponzi. Estos conceptos teóricos son los que explican las causas de lo que está ocurriendo, y la situación actual, pero no hay respuesta sobre lo que puede ocurrir en el futuro. No hay fenómenos en el pasado que se hayan comportado de una forma equiparable a lo que está ocurriendo, pues las variables que interaccionan son diferentes a lo conocido, hay muchas más variables, y las magnitudes que se mueven actualmente no se han conocido en el pasado.
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