Haití sufrió un terremoto catastrófico en el que quizás falleciesen 220.000 personas. Nadie sabe realmente el baño de sangre que soportó uno de los países más pobres y castigados del mundo.
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El drama humano ha originado una marea de trabajadores de ayuda humanitaria a Puerto Príncipe, la capital, pero la reconstrucción prácticamente aún no ha comenzado. Muchos empresarios haitianos han encontrado una gran oportunidad en el suministro de servicios a los recién llegados. Por encima del influjo de ayuda extranjera, esto está ayudando a conseguir que la economía se mueva nuevamente.
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Lo primero que se ha transformado en Haití ha sido la hostelería. Muchos hoteles fueron dañados, lo que ha provocado que los hoteles sobrevivientes hayan elevado sus tarifas. Ello ha forzado que muchos trabajadores de ayuda humanitaria hayan tenido que dormir en el exterior, y para ello pagan $50 por una tienda con aire acondicionado en el césped de Palm Inn, un hotel en el aeropuerto.
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Otro de los sectores afectados es el transporte, ya que los propietarios de coches tienen problemas para cubrir la demanda. Los intérpretes pueden también ganar $200 al día.
Desplazarse es realmente complicado en Puerto Príncipe, pero pese a ello los trabajadores de ayuda humanitaria tampoco pueden conseguir restaurantes o cafeterías para comer. Tan solo es factible comer pollo con arroz empaquetado a $4, el doble de su coste el pasado año.
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La preocupación actual es que los trabajadores de ayuda humanitaria están provocando que se dispare la inflación. Para superar el terremoto Haití necesita inversiones en su industria textil y en turismo, pero el país parece más bien un campo de refugiados.
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Bibliografía: A quick stimulus. Chasing the aid-worker´s dollar. The Economist May 20th 2010.
Efectivamente este caos existe. Sin embargo, no nos engañemos. Este aprovechamiento de situaciones existe desde hace muchos años y el terremoto solo es una circunstancia más que favorece la astucia. Siempre ha existido el que busca el negocio a costa de los males de otros. Siempre se ha dado la corrupción en Haiti. De hecho allí no se mueve nada si no pagas por detras. Está en la cultura misma del país.
ResponderEliminarComo sino puede explicarse que tras el terremoto la distribución de agua potable fuera gratuita y ahora se está cobrando a la población hasta 6$haitianos por galon de agua (aproximadamente 25 cts de euro por litro). Es absolutamente vergonzoso.
La inflación que potencialmente provocaran los cooperantes, es quizás un problema de segundo orden frente a tanta necesidad. Ese campo de refugiados continuará por mucho tiempo. Y aún así, las ONG's merecen nuestro apoyo y admiración.
Un saludo.
Vert, no quedó clara nuestra opinión al respecto.
ResponderEliminarClaro que hay que admirar a tantas personas que altruistamente están allí trabajando. También las que trabajan interminables horas por un sueldo básico.