El mundo parece estar emergiendo de la peor crisis económica en décadas. La crisis global de 2008-2009 arrastró los mercados de la energía de todo el mundo en un tumulto. La situación actual es distinta pues los gobiernos se enfrentan a problemas de seguridad energética. En España medidas de eficiencia nunca vistas están siendo tomadas, siendo la más destacable la reducción de la velocidad en las autovías.
La situación económica ha mejorado notablemente en casi todo el mundo y las economías emergentes tiran otra vez con fuerza del consumo energético y las materias primas alcanzan ya precios superiores a los de 2008. Todo esto lo hemos ido viendo en artículos durante las últimas semanas.
Respecto a los tumultos del norte de África, si bien es cierto que son responsables parcialmente de la subida del petróleo; lo cierto es que tienen su origen también en la propia subida de las materias primas. La población rural norteafricana, como ocurre en todas las comunidades aisladas, es altamente dependiente de los precios de la energía y de las materias primas.
Uno de los problemas que hay que mencionar ante las nuevas perspectivas es que las economías en desarrollo necesitan muy fuertes inversiones para mitigar los problemas de exceso de consumo energético y sus efectos en el cambio climático. Las economías de muchos países están tirando muy fuerte y no han tenido capacidad para asimilar las tecnologías que son necesarias para conseguir un consumo eficiente. A nuestro parecer esto es un problema mucho más serio de lo que parece y poco se está haciendo para mitigar sus efectos.
¿Qué ocurrirá con la energía en los próximos años?
Para saber cómo actuar cuando tenemos problemas con el consumo energético es necesario estudiar muy bien toda la información disponible, y sobre todo no emprender aventuras ambiciosas. Lo más apropiado es la prudencia, la toma de decisiones parciales y la evaluación continua de resultados.
Una de las cuestiones es tener información sobre cuál es el comportamiento previsible de los costes energéticos en el medio plazo ya que la rentabilidad de las inversiones de eficiencia energética son muy sensibles a los precios de la energía. Para poder disponer de una información fiable revisamos las previsiones de la Agencia Internacional de la Energía realizadas a finales del pasado año para el periodo 2010 - 2035.
Según todos los estudios, el nuevo escenario energético está claramente influido por el incremento de la demanda global que impulsan las economías emergentes. Especialmente China e India, pero también muchas otras.
Actualmente el petróleo sigue siendo el combustible predominante pero su cuota ha caído desde el 33 % en 2008 al 28 % actual. La cuota de energía nuclear va a incrementarse del 6 % en 2008 al 8 % en 2035. El uso de energías renovables. El uso de energías renovables modernas se triplicará en el periodo analizado. Su cuota pasará a ser del 14 % desde el 7 %. El consumo de biomasa tradicional se elevará ligeramente hasta el 2020 y luego caerá justo debajo de los niveles actuales en 2035, con un uso incrementado de combustibles modernos en el mundo desarrollado.
El 93 % del incremento en la demanda proyectada procederá de países no pertenecientes a la OCDE, lo cual indica una casi paralización de los nuevos proyectos en el mundo desarrollado. China, donde la demanda ha surgido en la pasada década, contribuye con un 36 % al crecimiento proyectado de la demanda en el uso de la energía global. India es el segundo gran contribuyente, con una cuota del 18 % de la nueva demanda. Fuera de Asia, en Oriente Medio se experimentarán las tasas de crecimiento más altas, que alcanzarán el 2 % anual.
No hay que pasar por alto lo que está ocurriendo en China y su influencia en los mercados globales. China es ya el principal consumidor de energía del mundo, pero sorprendentemente en 2000 consumía sólo la mitad que Estados Unidos. Las crecientes necesidades del país en importar combustibles fósiles para satisfacer la demanda global tendrán influencia en los mercados internacionales
Previsiones sobre el precio del petróleo
Según las previsiones de la IEA el precio del petróleo sufrirá una alta volatilidad y en 2035 estará en el entorno de los US $ 113 (considerando el valor del dolar según 2009).
Los precios se irán incrementando progresivamente pero la producción de la OPEC se irá elevando continuamente hasta 2035. La producción alcanzará el peak oil un día, pero ese día será determinado por factores que afectan tanto la demanda como el suministro. Ese pico no se alcanzará antes de 2035 pero se estará muy cerca. La demanda de petróleo irá cayendo y eso retrasará el peak oil. Como resultado de esa bajada en la demanda el precio del petróleo subirá sólo suavemente. El mensaje es claro: si los gobiernos actúan más vigorosamente de lo planificado hasta ahora para alentar el uso más eficiente del petróleo y el desarrollo de alternativas, la demanda de petróleo se relajará y, como resultado de ello, el peak oil será más llevadero. Pero si los gobiernos no intensifican más allá de lo que se está haciendo actualmente, la demanda continuará creciendo, los costes de suministro aumentarán, la carga económica del petróleo crecerá y el medio ambiente sufrirá daños severos.
El petróleo no convencional
El petróleo no convencional incrementará su papel en el suministro de petróleo en el mundo hasta 2035; independientemente de que se consiga frenar la demanda. Las arenas petrolíferas de canadá y el petróleo extra-pesado de Venezuela dominarán el mix. También el carbón-a-líquido, gas-a-líquido y, en menor extensión, los esquistos bituminosos también harán una contribución creciente. Los recursos de petróleo no convencionales se piensa son enormes - varias veces más grandes que los recursos de petróleo convencionales. La tasa a la que se exploten será deteminada por consideraciones ambientales y económicas, incluyendo los costes de mitigación de su impacto ambiental. Las fuentes de petróleo no convencionales están entra las más caras actualmente disponibles: requieren grandes inversiones de capital por adelantado, por lo que el pay back típico es un periodo largo. En consecuencia, juegan un papel importante en el futuro de los precios del petróleo.
La producción de petróleo no convencional generalmente emite más gases de efecto invernadero por barril que los tipos convencionales de petróleo, pero las diferencias en el ciclo completo de utilización del petróleo son mucho menores. El motivo es que la mayoría de las emisiones tienen lugar en el punto de uso. En el caso de las arenas bituminosas canadiendses; las emisiones de CO2 son típicamente entre un 5 % y 15 % más alto que en el petróleo no convencional, incluyendo tecnologías de extracción más eficientes, captura y almacenaje de carbono y, con plantas de carbón-a-líquidos, la adición de biomasa al carbón. También se requiere una gestión mejorada de la tierra y el agua.
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