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25 abril 2012

Guía básica para diseñar sistemas de refrigeración pasiva (2ª PARTE)





Aislamiento

Una de las estrategias de enfriamiento más interesantes de refrigeración pasiva es dotar a la vivienda de un buen aislamiento. Si una casa no está bien aislada perderemos calor hacia el exterior en invierno y ganaremos calor no deseado en verano.



Sombreado

Una de las formas más simples y efectivas de bloquear el calor que entra en la casa es el sombreado. Hay muy diferentes métodos disponibles para proporcionar sombreado tanto al exterior como al interior de la vivienda. La mayoría son muy simples y pueden ser fácilmente reacondicionadas en una estructura existente. En general, el sombreado exterior es más efectivo que el interior debido a que bloquea el calor antes de que entre en la casa.  El sombreado interior, es efectivo al bloquear la luz del sol de entrar en la casa, donde es atrapado entre la sombra y la ventana. Adicionalmente, algunos tipos de sombreado exterior pueden usarse para sombrear las paredes y el techo, así como las ventanas, reduciendo así su temperatura y transmisión de calor al interior. El sombreado interior, sin embargo, tiene las ventajas de ser fácilmente controlado por los ocupantes de la casa mientras no están expuestos al viento y lluvia. Una combinación tanto de sombreado interior como exterior maximiza tanto la reducción de calor como la controlabilidad.

Sombreado exterior

El paisajismo es un medio efectivo para proporcionar sombreado en una casa. Un paisaje planificado de forma efectiva bloqueará el sol cálido del verano, ayudará a que el sol entre en la casa en invierno, desviará los vientos fríos de invierno, y canalizará las brisas para enfriar en verano.

Salientes en tejados

Los salientes o voladizos en el tejado son una característica arquitectónica simple que puede usarse en el lado sur de la casa para bloquear la luz directa en verano sin reducir la luz del sol disponible en invierno. El motivo es que el sol se desplaza en verano por las partes más altas del cielo que en invierno, por lo que los salientes en el tejado bloquean la luz directa del sol, mientras que en invierno el sol está más bajo y es bloqueado en menor medida por el saliente. Los salientes no trabajan de forma tan efectiva en orientaciones distintas al sur.

Un punto importante a recordar sobre los salientes es que bloquean la luz directamente. Durante el verano, en climas templados sólo el 45 % de la luz del sol brillando en una ventana es luz directa del sol. El 55 % restante es luz difusa y luz del sol reflejada, que no es bloqueada por los salientes. Esto no implica que los salientes no son útiles; lo cual implica que se usan en conjunción con alguna otra estrategia de enfriamiento, tal como el sombreado interior, para ser efectivo.

Toldos

Los toldos tienen la misma función general que los salientes en el tejado, pero su aplicación es más sensible. Fabricados en materiales ligeros tales como aluminio, lona, acrílico, o láminas de polivinilo, es posible espaciarlos a una cierta distancia sin necesidad de apoyo extra, así que es posible proporcionar una sombra adecuada incluso en el este o el oeste.

Los toldos pueden hacerse a medida para el cliente para acoplarse al exterior de la casa, obteniendo un diseño atractivo.

Pantallas de sombra exterior

Las pantallas de sombra solar son una opción muy efectiva de sombreado. Están fabricadas en malla espesa de fibra de vidrio espesa que absorbe la luz del sol, y son efectivas contra la luz difusa y reflejada, además de la luz del sol directa. En consecuencia, son capaces de bloquear hasta un 70 % de toda la luz del sol entrante antes de entrar en la ventana. Debido a que la mayoría de las variedades sirven también como pantallas de insecto, también permiten el uso de ventilación natural, distinto a otras opciones de sombreado (tales como las sombras de interior o exterior) que bloquean el flujo de aire.

Barreras radiantes

En los techos que no tienen sombra, las barreras radiantes proporcionan otra forma de bloquear calor entrando en una casa. Una barrera radiante es una capa de aluminio situada situada en un espacio de aire entre una superficie de calor radiante (el techo de la casa) y una superficie de absorción de calor (el aislamiento del suelo del ático). Trabaja para reducir el calor entrando en la casa de dos formas: su superficie reflexiva refleja la mayor parte del calor radiante que la golpea, y en si misma emite muy poco calor.

Las barreras radiantes vienen en muy diferentes formas: láminas con un lado o doble lado, aislamiento enfrentado a la lámina, sistema de lámina multicapa con espacios de aire. Cualquiera de estos productos trabaja bien si se instala apropiadamente, así que el coste del producto y su facilidad de instalación ayudarán a tomar decisión en la selección del producto.

Para trabajar apropiadamente, el lado más brillante de la barrera de aire debe enfrentarse a un espacio de aire. En un ático, esto se hace grapando la barrera radiante, el lado brillante hacia abajo. La orientación de la superficie brillante no es un problema, se reflejará calor igualmente bien si apunta hacia arriba o hacia abajo. Lo importante es que la superficie quede brillante. Colgando la barrera radiante con su lado brillante hacia abajo se previene la acumulación de polvo en la superficie que reduzca la capacidad para reflejar calor.

Minimización del calor generado

No todo el calor en el hogar en verano procede del sol; mucho viene de los ocupantes de la casa y de los aparatos que usan. Debemos ser cuidadosos seleccionando aparatos y tiempos de usos, los miembros del hogar pueden ayudar a mantener la casa más fría.

El primer paso para minimizar el calor generado en la casa es elegir aparatos eficientes energéticamente a través de la casa, desde grandes aparatos como refrigeradores a los más pequeños, como las bombillas. Cuanto menos eficiente es un aparato, más residuos genera: así, su ineficiencia supone dos problemas: la energía extra que cuesta hacer funcionar el aparto, y las penalidades en refrigeración que vienen de quitar el calor extra que se genera.

La mayoría de los aparatos tienen etiquetas de guía energética que muestran cuanta energía usará el aparato, y comparar su uso energético con el de productos similares.

Esto es especialmente verdad en iluminación. Consideremos una bombilla incandescente de 60 vatios proporcionará luz durante aproximadamente 1000 horas antes de quemarse. Para conseguir 10.000 horas podemos usar lámparas fluorescentes.  La rentabilidad de adquirir este tipo de iluminación es cuatro veces superior a la de las incandescentes.

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