EL DECLIVE DE NUESTRAS VIEJAS CENTRALES NUCLEARES EN EL MUNDO POST FUKUSHIMA (8ª PARTE)
(Ver 7ª PARTE)
Siguiendo con el análisis del impacto del accidente de Fukushima en el futuro de la energía, en esta nueva entrega vamos a analizar con cierto detalle cómo se reparten los fondos de I+D+i (R&D) en tres subsectores energéticos: La energía nuclear, las energías renovables y la energía que no se produce porque no hace falta, es decir, la eficiencia energética.
El esfuerzo que el contribuyente hace en sus impuestos para apoyar a la investigación y desarrollo es de todos conocidos. Son las partidas presupuestarias a la I+D las que no dejan de crecer por encima de todas las demás incluso en época de crisis.
Aquí en este campo sí que debemos aplaudir sin reserva alguna el hito alcanzado por el sector nuclear en las últimas décadas. Pese a que desde hace veinticinco años prácticamente no se construyen centrales nucleares en occidente el sector de la energía atómica ha absorbido el 70 % de los fondos destinados a la I+D+i para los tres tipos de energía. Los gobiernos de la AIE han destinado entre 1986-2008 unos fondos a la energía nuclear que superan ya los $ 140.000 millones.
Parecería lógico que disciplinas emergentes tan importantes como la eficiencia energética estuviesen disfrutando de importantes ayudas públicas. También sería lógico pensar en un mayor apoyo a tecnologías emergentes como las energías. Es por ello bastante sorprendente que la energía nuclear haya conseguido captar nada menos que el 70 % de los fondos destinados a la I+D+i en el periodo mencionado. El esfuerzo público para apoyar la investigación en nuevas soluciones de energía ha sido cinco veces superior en la energía nuclear que en las energías renovables.
Durante veinticinco años el sector nuclear se ha estado preparando para un nuevo despliegue a gran escala y no se han escatimado fondos para ello. Era necesario dejar pasar muchos años para que el efecto demoledor de Chernobil fuese paulatinamente amortiguándose.
Este enorme esfuerzo de investigación no podemos decir en modo alguno que no haya producido resultados. Ya hemos hablado en otros artículos de la serie que la industria nuclear preparaba un resurgimiento sin precedentes impulsado sobre todo por la construcción masiva de centrales nucleares en países emergentes ávidos de energía. Pero también la energía nuclear planteaba su despliegue en países desarrollados y el proceso estaba en marcha.
Fotovoltaica, una energía sin subvenciones
Como hemos visto con las cifras anteriores la energía fotovoltaica ha recibido un apoyo desproporcionadamente bajo en investigación y desarrollo, lo que nos hace pensar que el potencial de crecimiento de su eficacia es aún muy grande. Pese a la escasa atención recibida desde las administraciones públicas en comparación con la energía nuclear, los costes de producción de paneles fotovoltaicos llevan cayendo desde hace décadas y algunos analistas consideran que la energía fotovoltaica es ya competitiva con la energía nuclear.
Volvemos a hablar nuevamente del famoso análisis realizado por John O. Blackburn, de la universidad de Duke, quien calculó los costes de la energía nuclear y la fotovoltaica. (Ver figura). Según estos análisis que concuerdan con los nuestros los desarrolladores de energía solar están ya ofreciendo energía eléctrica a un coste de $ 0,14 por kWh, mientras que en las centrales de nueva construcción se estima se distribuirá energía a un coste de $ 0,14 – $ 0,18 dólares el kWh. Hay que resaltar que en estos nuevos análisis comparamos lo que cuesta producir energía eléctrica con energía solar y energía nuclear con los costes actuales de construcción de ambos sistemas. Obviamente, en “nuestras viejas centrales nucleares” la energía se produce a un coste inferior.
La transición en los nuevos despliegues de energía
La necesidad de una transición desde los combustibles fósiles a otras tecnologías es una necesidad imparable. Si no se consigue hacer con rapidez las consecuencias en la economía mundial serán traumáticas. Las tecnologías están disponibles pero el proceso es complejo y probablemente estemos ante un reto desconocido hasta ahora para la ingeniería. Esa necesidad de una transición rápida va en contra de la energía nuclear y a favor de las energías renovables, y la vulnerabilidad de la energía nuclear que se ha hecho patente en Fukushima es posible que haya desequilibrado el proceso de transición a favor de las energías alternativas. En las últimas semanas hemos visto que países como Japón o Alemania han cambiado su posicionamiento y eso supone que muchos miles de millones de dólares están ahora en el aire.
La energía nuclear tenía hasta ahora a su favor el encarecimiento del precio del petróleo, que tarde o temprano acabaría compensando el incremento en los costes de generación de electricidad de origen nuclear. Pero ahora las cosas han cambiado. Por una parte parece inevitable que los costes de generación nuclear aumenten aún más como consecuencia de Fukushima, pero lo peor es que parece haber pocas dudas de una ralentización del proceso de renuclearización. En un momento como el actual en el que urge el desarrollo de políticas energéticas activas en todo el mundo esas demoras pueden ser letales para la industria nuclear.
El proceso de despliegue de soluciones de energías renovables es mucho más rápido que el de ninguna de las tecnologías convencionales y en periodos en los que urge la rapidez en la toma de decisiones.
El boom de las energías renovables
Las inversiones totales en tecnologías de energías limpias se incrementaron un 30 % en 2010 hasta alcanzar globalmente los $243.000 millones, una cantidad que casi cuadruplica lo gastado en 2004. China es con creces el líder mundial en energías renovables, con inversiones de $54.400 millones de dólares en 2010 (hasta un 39 % más que el año anterior), seguida por Alemania con inversiones de $41.200 millones (incremento de un 100 % en un año) y Estados Unidos con inversiones de $13.200 millones. Una tarifa atractiva en Italia hará doblar su capacidad fotovoltaica en 2010 hasta alcanzar los 8 GW.
Bibliografía:
· Figure 11 from IEA, R&D Statistics Database, Government Energy Technology R&D Budgets, www.iea.org/stats/rd.asp, viewed March 2011.
· Figure 12 from John O. Blackburn and Sam Cunningham, “Solar and Nuclear Costs – The Historic Crossover”, prepared for NC WARN Waste Awareness & Reduction Network (Durham, NC: 2010).
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