Lamentablemente la situación de la que hemos hablado en tantos otros artículos se está produciendo: El tejido productivo empresarial español se destruye a marchas forzadas. Dos artículos anteriores podemos considerarlos clave para entender lo que está pasando. Por una parte el crédito sigue desapareciendo (ver "Sobre como encara España la crisis del crédito") ir por otro lado la recaudación en impuestos cae a niveles nunca soñados (ver "Incidencia de la crisis por Comunidades Autónomas"). Evidentemente, sino se corrige la tendencia actual los efectos son bastante obvios.
Hoy tenemos otro artículo clave que nos ayudará a entender lo que está pasando, y a deducir lo que puede ocurrir si no se corrige la tendencia. "Las quiebras se triplican y los juzgados esperan que la situación empeore en otoño", es el titular de un artículo en Expansión que alerta de la situación. Los que controlan este diario se han asustado y ahora optan por este tipo de artículos de tendencia catastrofista, pero hace unos años se empeñaban en negar la situación que nos ha llevado al panorama actual.
Los economistas prevén que este año cierre con 6.500 suspensiones de pagos. Cataluña, Madrid y la Comunidad Valenciana aglutinan más del 50% de los concursos.
Las tradicionales quiebras o suspensiones de pagos, ahora rebautizadas como procesos concursales, se han convertido en una avalancha difícil de parar. Las empresas en esta situación se han triplicado en el último año y ya alcanzó a 1.727 empresas durante el primer trimestre. Esto supone un incremento del 173,7% respecto al mismo trimestre de 2008, según el informe publicado ayer por el Instituto Nacional de Estadística (INE).
Desde el comienzo de la Ley Concursal "se ha multiplicado por siete" el número de concursos, según Raimon Casanellas, el presidente de Economistas Forenses (REFor). Los analistas son tajantes: esperan un septiembre negro para las compañías, tras el espejismo de calma del verano. No obstante, Casanellas explica que el número de procedimientos concursales se ha ralentizado hasta el momento y calcula que a finales del año podrían registrarse hasta 6.500 quiebras. Si en los primeros tres meses de 2009 hubo 476 concursos más que en el último trimestre de 2008, en el segundo trimestre se registraron sólo 169 más que en el primero.
Las empresas más dañadas siguen siendo las del sector de la construcción, que acapararon el 32,1% de las quiebras, casi un tercio de los procedimientos concursales abiertos. Le sigue la industria y la energía, con el 24,9% de las suspensiones de pagos, y el comercio, con el 17,3%. Entre las empresas con problemas para continuar con su actividad destacan los casinos, los centros de belleza, las centrales lecheras y las joyerías, reconoce el Consejo General de Economistas.
La oleada de quiebras, asimismo, augura un nuevo repunte del desempleo, que ya afecta a más de cuatro millones de personas y que daña al 18% de la población activa. Los trabajadores que tras la aprobación de la Ley Concursal se han visto inmersos en un concurso han sido 190.637.
Por regiones, Cataluña, la Comunidad de Madrid y la Comunidad Valenciana concentraron el 53,5% del total de deudores concursados en el segundo trimestre. Una de cada cuatro quiebras se registró en compañías o comercios catalanes. En Madrid se produjeron el 16% de las quiebras. La destrucción de tejido empresarial en estas tres Comunidades Autónomas está siendo masiva.
Independientemente del grave problema del desempleo que las quiebras originan, nosotros queremos alertar sobre el problema de la caída en las cotizaciones y en el incremento en las prestaciones sociales, pues están arrastrando al país a una situación de la que probablemente cueste muchos años salir.
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