La segunda agencia de noticias más importante del mundo dicta sentencia, el negocio fotovoltaico en España está a punto de entrar en quiebra. Ese es al menos el titular que en portada de su edición en inglés hemos leído.
El artículo repasa lo acontecido en España desde 2004, cuando unos cálculos incorrectos en los subsidios de ayuda estimularon un crecimiento desorbitado de la energía solar fotovoltaica en España.
En 2008 acabó el programa de ayudas y la burbuja estalló pues sorprendentemente el sector no imaginaba que se tratase de un programa con duración ilimitada en el tiempo.
En esos años los módulos solares se pagaban diez veces más caros de lo que cuestan ahora, se alquilaban eriales pedregosos a precio de oro y surgió todo un movimiento de intermediación y especulación que encareció aún más la compra de los terrenos. Los parques no producían lo previsto, pero eso no fue obstáculo y simplemente se ampliaron.
Pero todo esto se hizo en base a un endeudamiento de inversores españoles e internacionales. Bloomberg cita como ejemplo a un inversor que pidió un préstamo de 400000 euros para construir un parque de 80 kw en Lérida.
Pero el gobierno de Zapatero no tiene capacidad para pagar los subsidios generados en tan colosal burbuja. El gobierno de España ha generado unas obligaciones de 126.000 millones de euros hacia los inversores en renovables, un agujero más a sumar a las deudas inmobiliarias y las del sector público.
La incertidumbre creada ha alejado a los inversores en sistemas fotovoltaicos en España, pero la incertidumbre queda en cómo cumplir las obligaciones contraídas.
Los planes del ministro Sebastián apuntan hacia la reducción de los subsidios a las plantas fotovoltaicas en España en casi un 40 %.