En su reciente visita a nuestro país, el incombustible Hugo Chaves trasmitió muy bien a los españoles cual es el actual momento para los negocios entre el norte y el sur: Vosotros nos dais la tecnología que Venezuela necesita y nosotros os suministramos petróleo barato en grandes cantidades. Ante este panorama, nadie ha criticado esta vez la visita de Chaves a España, pues la sociedad está extremadamente sensible ante el problema energético que amenaza la sociedad desarrollada actual. Pero el caso de Chaves no es único; cierto es que el polémico mandatario ha sabido vender como nadie la riqueza que esconde el subsuelo del Orinoco. Pero son muchos los países ricos en materias primas, y pobres en todo lo demás, que están deseosos de intercambiar materias primas por tecnología, algo que hasta ahora no ha tenido lugar, al menos de forma generalizada.
Nuestros amigos de Latinoamérica nos dicen que las empresas españolas que operan allí no han actuado así, sino que más bien su actitud ha sido depredadora y esa no es la forma adecuada para estableces vínculos sólidos. En nuestra opinión, dos componentes son vitales para las empresas españolas con vocación de internacionalización, la reciprocidad y la intervención de las empresas de pequeña dimensión. Creemos en este blog que la empresa española pequeña, entre treinta a cien trabajadores, tiene enormes oportunidades para desarrollar estos negocios recíprocos, y en ello centramos esta sección del blog.
En esta ocasión hablaremos de los países situados al sur del Mediterráneo, donde la actual coyuntura socioeconómica ha creado unas condiciones que no deben ser desaprovechadas por las pequeñas empresas españolas. Tan solo 14 km separan África de España, lo cual ya de por sí es un gran aliciente al minimizar los problemas logísticos que acompañan a cualquier proyecto de internacionalización. Lo primero que nos sorprenderá al hacer este viaje de catorce kilómetros son los enormes trabajos de construcción que se están llevando a cabo en el puerto de Tánger. Los intercambios comerciales con Marruecos están creciendo enormemente y este puerto ya es tan grande como el puerto de Felixstowe, el mayor puerto de las islas británicas. El intercambio de mercancías es actualmente de 3,5 millones de toneladas, pero con la apertura este verano de un segundo terminal, el intercambio de mercancías aumentará a 8,5 millones de toneladas y se convertirá en el mayor puerto de todo el Mediterráneo en contenedores, no muy lejos del gran puerto de Rotterdam. Pero Marruecos no es el único país del sur del Mediterráneo que está viviendo un auténtico boom en sus actividades portuarias, lo mejor es que obras parecidas se están ejecutando en Argelia, Egipto, Malta y Túnez. El tráfico de mercancías en el Mediterráneo se ha visto incrementado en los últimos años a unas cotas impensables hace pocos años. El tráfico de mercancías desde Asia a Europa atraviesa Mediterráneo, y también utilizan esta ruta todas las mercancías que desde Asia van a la costa este de América (la más importante). En efecto, todas las mercancías que van desde Asia a New york o Chicago, por ejemplo, utilizan la ruta del Mediterráneo. La idea de los gobiernos del sur del Mediterráneo es buena, lo que pretenden es potenciar la utilización de sus puertos en estas rutas, y de paso crear polígonos industriales en las áreas colindantes a todas las zonas portuarias. Para ello, ya están creando zonas tax-free en las áreas cercanas a los puertos donde los fabricantes puedan establecer sus factorías. Estas plantas, mayoritariamente de ensamblaje, incorporarán sus productos a sus mercados a través del agua.
Hay una cuestión que es importante conocer en este punto, y que nos dará una idea de la magnitud de este negocio, la inversión extranjera que están atrayendo los países costeros del sur del Mediterráneo roza ya los 60.000 millones de dólares, lo cual supone un 85,71% de las inversiones que está atrayendo China (Fuente: ANIMA Investment Nerwork; UNCTAD). Este enorme negocio, que ha pasado desapercibido en España, comenzó ya hace cinco años, y lo iniciaron los países del golfo ricos en petróleo. Normalmente se nos habla de unas costas pobres y de pateras cargadas de inmigrantes, pero no se nos habla del negocio que se está montando a nuestras puertas. Las costas del sur del Mediterráneo se han visto más como un peligro que como una oportunidad, y ello se debe fundamentalmente a su renta per cápita ($ 6.200) y a sus tasas de desempleo (las reales andarán probablemente entre el 20 y el 30 %). En países como España, Italia y Malta, los socios naturales, hay miedo a la inmigración musulmana, y ello, junto a la inestabilidad política ha frenado las oportunidades de negocio. Si nos centramos en países, los que presentan una renta per cápita más alta (superior a los $ 10.000) son Turquía, Libia y el Líbano. Pero olvidar a estos países, probablemente suponga que los productores españoles tengan ahí sus nuevos competidores y ni siquiera se hayan dado cuenta. En este sentido, queremos decir que lo que debe hacerse cuando se están creando nuevas zonas potencialmente competidoras no es esconder la cabeza. Lo que suelen hacer los países más expertos en convivir con nuevos competidores es participar como socio en tu futuro competidor, pero ello hay que hacerlo al comienzo de la actividad, cuando aún la empresa está barata.
Los fabricantes europeos deben darse cuenta de una cosa, la fabricación de grandes series de productos no es rentable en Europa, y una buena justificación de esta premisa nos la da el análisis de lo que está ocurriendo en el norte de África.Las grandes compañías internacionales ya se están movilizando, y su presencia en la zona está garantizada. Las grandes compañías portuarias, tales como Maersk y DP World tendrán terminales ahí. También los grandes fabricantes de automóviles se van a posicionar en el norte de África, lo cual debería ser una preocupación en España. Por ejemplo, Renault y Nissan están preparando el proyecto para construir una gran factoría de automóviles, con una inversión de 600 millones de dólares. Se trata de una alianza franco-japonesa que pretende fabricar de forma masiva automóviles y furgonetas de bajo coste, siguiendo el éxito de Logan. Este proyecto debe preocupar a países como España y Portugal, donde los fabricantes internacionales de automóviles se asentaron hace veinte años para aprovechar los bajos costes del momento. Pero la situación ha cambiado, y los salarios españoles dejan de ser competitivos, y trabajar en una cadena de producción de automóviles es muy sencillo. Este macroproyecto comenzará a lanzar al mercado 200.000 vehículos al año, pero en pocos años se doblará la cifra. Si, 400.000 vehículos de bajo coste se lanzarán al mercado cada año desde Marruecos, lo que puede darnos una idea de los problemas a los que puede enfrentarse el sector del automóvil en España en unos pocos años.
Pero el norte de África no solamente construirá automóviles, los grandes fabricantes de piezas de todo tipo se están implantando en la región ante la falta de competitividad de sus factorías europeas. Marruecos ha captado ya con éxito a fabricantes de piezas para automóviles como Leoni (de Alemania), Valeo (Francia) y Clarcor (América). El capital se está moviendo a lugares donde la mano de obra es barata, y el sitio idóneo lo están encontrando en el norte de África.
La política de la Unión Europea con la región ha sido la de propiciar el libre comercio, y las primeras acciones significativas comenzaron en 1995 en el denominado proceso de Barcelona. Con esta iniciativa se pretendía crear una zona de libre comercio en el Mediterráneo, pero los conflictos de la época en el sur obstaculizaron el proceso. Los productos agrícolas de países del norte de África como Marruecos están sometidos a aranceles cuando entran en Europa, pero los industriales pueden moverse libres de tasas. Otros factores están estimulando las inversiones en las economías del mediterráneo, que son ahora mucho más abiertas y transparentes. La inflación ha bajado en promedio del 20% al 5 %, la deuda del 80 % del P.I.B. al 60 %, y el déficit presupuestario ha caído del 5 % al 3 %. El crecimiento de estos países se debe al aumento del turismo, al envío de divisas por los inmigrantes que han viajado a Europa ya los ingresos del gas y el petróleo. Europa también ha inyectado capital en estos países, aproximadamente 8.700 millones de euros entre 1995 y2006, así como 15.000 millones de euros en préstamos.
El boom de la energía y las materias primas está también detrás de las inversiones en los países al sur del Mediterráneo, y países como Argelia y Marruecos han visto que el capital extranjero se multiplicaba por diez desde 2002. Las necesidades de energía han visto como las exploraciones por petróleo y gas se incrementaban, pero también se invertía en petroquímicas, fertilizantes y cemento. Muchos mercados europeos están maduros y por ello se está mirando hacia el sur, y la fortaleza del euro frente al dólar también ha trasladado inversores al sur. Europa ha perdido competitividad para exportar desde la zona euro, y por ello ya hay firmas que prefieren invertir en el sur. Este es el caso, por ejemplo, de Safran, una firma francesa del sector aeronáutico que está desviando sus inversiones al sur. Se trata de uno de los grandes suministradores de Airbus, que busca así ganar competitividad. También EADS Socata, otro de los suministradores de Airbus, está dirigiendo sus inversiones al sur por el mismo motivo.
Bibliografía: The Med´s momento comes. The Economist July 12th 2008