La primera mitad del año se ha presentado turbulenta para los cultivos alimenticios principales, pues la estabilidad de los precios dio un giro y comenzó una preocupante escalada de los precios internacionales a niveles no vistos en décadas. El FAO food Price index en mayo llegó al nivel de los 232 puntos, solamente 6 puntos por debajo del record histórico de febrero. Si bien el clima no favorable fue el principal culpable, una serie de otros factores no predecibles impactaron negativamente en la estabilidad de los mercados alimenticios, incluyendo la catástrofe de Japón, una oleada sin precedente de disturbios políticos en muchos países de África y Oriente Medio, otro fuerte incremento en los precios de la energía, e incertidumbres prolongadas en los mercados financieros y en la economía global.
En el mercado de cereales, la cebada, el maíz y el trigo están siendo influidos por los problemas de producción y disminución de inventarios. Las reservas de maíz han caído a niveles críticos en los Estados Unidos, el principal productor y exportador del mundo. El arroz es una excepción gracias al record mundial de producción y una gran apertura de reservas. Adicionalmente, la producción de cereales es generalmente buena en los países importadores, en oposición a los países exportadores, y ello ha amortiguado el impacto de los altos precios internacionales respecto a lo que ocurrió en 2007/2008. En el sector de las semillas oleaginosas, los precios se han elevado también abruptamente, soportados por un estrechamiento en el equilibrio entre suministro y demanda.
Los precios de la carne y las aves también se han disparado a niveles record como consecuencia del incremento en los costes de producción, bajos inventarios y agotamiento de existencias. En la parte posterior de los suministros de exportación menguantes, los mercados del azúcar experimentaron también un profundo aumento de los precios. Como consecuencia de todo esto se espera que los países importadores tengan que gastar casi USD 1,3 trillones (americanos).
Las prospecciones de precios positivas siempre animan a impulsar las plantaciones y este año no es una excepción. Se esperan altas tasas de retorno ya que el buen clima, ha dado como consecuencia producciones más grandes en el hemisferio sur, tanto para grano como para soja. Las plantaciones de invierno en el hemisferio norte han registrado notables incrementos. Sin embargo, en muchos ejemplos, la prospección de la expansión en la producción de grano este año no se basa en las plantaciones más grandes solamente sino también en la expectación de un retorno a condiciones climáticas regulares. En la federación rusa, el clima más normal después de una devastadora sequía en los últimos años se espera mejore los suministros. Se espera que el país anuncie el levantamiento de sus prohibiciones de exportación en julio de 2011. Si el clima lo permite, se anticipan excelentes cosechas en Ucrania. Sin embargo, unas condiciones climáticas difíciles prevalecen en importantes regiones productoras, que eventualmente pueden golpear la producción. En Europa y Norteamérica, demasiada lluvia en algunos lugares (maíz en los Estados Unidos y EU) es una preocupación principal. Muchos países están luchando con elevados precios en los alimentos, y el resultado de la cosecha de este año, especialmente de cultivos que están más ajustados, tales como el maíz, serán decisivos en la determinación de los precios futuros. Dado que los inventarios han caído, y sólo se espera un modesto incremento de producción global total para la mayoría de los cultivos, los precios en el mundo quedarán altos y volátiles.
El informe completo de la FAO puede descargarse aquí
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