Ver 3ª PARTE
El método
más común para prevenir corrosión química es diseñar intercambiadores de calor
con temperaturas de escape bien por encima del punto de rocío. Sin embargo, hay
algunos casos en los que los intercambiadores de calor usan aleaciones
avanzadas y materiales compuestos para una mayor recuperación del calor a baja
temperatura.
Temperatura permitida mínima
La
temperatura mínima permitida para el flujo de los residuos está a menudo
cercanamente conectada con problemas de corrosión del material. Dependiendo del
combustible usado, la combustión relacionada con los gases de los humos
contiene concentraciones variables de dióxido de carbono, vapor de agua, NOx,
SOx, orgánicos no oxidados, y minerales. Si los gases de escape se
enfrían por debajo del punto de rocío, el vapor de agua en el gas condensará y
depositará sustancias abrasivas en la superficie del intercambiador de calor,
que fallará debido al ataque químico. Por lo tanto, los intercambiadores de
calor están generalmente diseñados para mantener las temperaturas de escape por
encima del punto de condensación. La temperatura mínima para prevenir la
corrosión depende de la composición del combustible. Por ejemplo, los gases de
escape del gas natural pueden enfriarse tan bajo como ~ 120 ºC mientras que los gases de escape de
gasóleos o carbón con más alto contenido en azufre pueden limitarse a ~ 150 ºC o 175 ºC. Las
temperaturas de salida máxima pueden también quedar restringidas por los
agentes químicos. Por ejemplo, los sulfatos en los gases de escape de los
hornos de fusión de vidrio se depositarán en las superficies del intercambiador
de calor a temperaturas por debajo de 270 ºC.
Economía de escala, accesibilidad y otros
factores
Varios
factores adicionales pueden determinar si la recuperación de calor es factible
en una aplicación dada. Por ejemplo, las operaciones a pequeña escala son menos
susceptibles de instalar recuperación de calor, ya que el capital necesario no
suele estar disponible, y debido a que los periodos de payback pueden ser más
prolongados. La programación de la operación puede ser una preocupación. Si la
fuente de calor residual está sólo disponible durante un tiempo limitado cada
día, el intercambiador de calor puede exponerse tanto a temperaturas altas como
bajas. En este caso, uno debe estar seguro que el material de intercambio de
calor no se fatiga debido al ciclo térmico. Adicionalmente, es importante que
el horario de uso de la fuente de calor para acoplarla con la carga térmica. Si
no es así, se requieren sistemas adicionales para facilitar este acoplamiento.
Otra
preocupación es la facilidad de acceso a la fuente de energía de los residuos.
En algunos casos, las restricciones físicas creadas por las configuraciones de
los equipos prefieren fácil acceso a la fuente de calor, o previenen la
instalación de algún equipo adicional para la recuperación de calor.
Adicionalmente, hay restricciones presentes por la transportabilidad del chorro
de calor. El chorro de líquido caliente en la industria de procesos se calienta
frecuentemente, ya que es fácilmente transportable vía tuberías al equipo de
recuperación. En contraste, los chorros de sólidos calientes (ej. lingotes,
fundición, hornos de cemento) pueden contener cantidades significativas de
energía pero su energía no es fácilmente accesible o transportable al equipo de
recuperación. En consecuencia, la recuperación de energía residual no es
normalmente practicable con materiales sólidos calientes.
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