Desde
niño he sentido mucha curiosidad por todo lo relacionado con la
naturaleza y como no podía ser de otra manera por las propiedades de las
plantas que me explicaban en casa. Sin embargo, nadie me habló del
Sauco negro (sambucus nigra), un arbusto con porte arbóreo que conocí mucho
después. Se trata de un arbusto silvestre que aparece en los bosques
aluviales de los ecosistemas mediterráneos, con características
botánicas, composición química y sustancias activas que ofrece las
condiciones para ser aprovechado con fines medicinales, alimenticios,
ornamentales, artesanales y para suplementación animal. Todo está aún
por descubrir sobre la utilización de esta planta en la dieta
mediterránea actual.
Uno de sus usos más frecuentes, es
medicinal, gracias a las propiedades beneficiosas para la salud que
contienen sus frutos y sus flores. En algunas zonas, como en las Islas
Británicas, se utiliza además como planta ornamental.
Las flores
del saúco son blancas y aromáticas, se agrupan en inflorescencias,
formando grandes corimbos aplanados de entre 10 y 25 cm de diámetro.
Actualmente lo estoy deshidratando y lo uso como condimento en
diferentes platos, por ejemplo ensaladas. Actúa como diurético, activa
el tránsito intestinal, favorece el sistema inmunológico, combate la
secreción mucosa y es realmente eficaz contra los virus del resfriado y
la gripe.
Los frutos del sambucus nigra son pequeñas bayas, cuya
recogida tiene lugar al final del verano, y son de aspecto negro y
brillante. Desde la antigüedad han sido utilizadas como remedio natural
por las propiedades medicinales que contiene. Pero ojo, se recomienda
consumirlas cuando ya han alcanzado el proceso de maduración, incluso
para más seguridad, se recomienda cocinarlos antes de comerlos. El resto
de sus partes, la corteza, las hojas, y las semillas contienen
componentes tóxicos por lo que no son aptas para el consumo.
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