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Aislamiento
Una de las estrategias de enfriamiento más interesantes de
refrigeración pasiva es dotar a la vivienda de un buen aislamiento. Si una casa
no está bien aislada perderemos calor hacia el exterior en invierno y ganaremos
calor no deseado en verano.
Sombreado
Una de las formas más simples y efectivas de bloquear el
calor que entra en la casa es el sombreado. Hay muy diferentes métodos
disponibles para proporcionar sombreado tanto al exterior como al interior de
la vivienda. La mayoría son muy simples y pueden ser fácilmente
reacondicionadas en una estructura existente. En general, el sombreado exterior
es más efectivo que el interior debido a que bloquea el calor antes de que
entre en la casa. El sombreado interior,
es efectivo al bloquear la luz del sol de entrar en la casa, donde es atrapado
entre la sombra y la ventana. Adicionalmente, algunos tipos de sombreado
exterior pueden usarse para sombrear las paredes y el techo, así como las
ventanas, reduciendo así su temperatura y transmisión de calor al interior. El
sombreado interior, sin embargo, tiene las ventajas de ser fácilmente
controlado por los ocupantes de la casa mientras no están expuestos al viento y
lluvia. Una combinación tanto de sombreado interior como exterior maximiza
tanto la reducción de calor como la controlabilidad.
Sombreado exterior
El paisajismo es un
medio efectivo para proporcionar sombreado en una casa. Un paisaje planificado
de forma efectiva bloqueará el sol cálido del verano, ayudará a que el sol
entre en la casa en invierno, desviará los vientos fríos de invierno, y
canalizará las brisas para enfriar en verano.
Salientes en tejados
Los salientes o voladizos en el tejado son una
característica arquitectónica simple que puede usarse en el lado sur de la casa
para bloquear la luz directa en verano sin reducir la luz del sol disponible en
invierno. El motivo es que el sol se desplaza en verano por las partes más
altas del cielo que en invierno, por lo que los salientes en el tejado bloquean
la luz directa del sol, mientras que en invierno el sol está más bajo y es
bloqueado en menor medida por el saliente. Los salientes no trabajan de forma
tan efectiva en orientaciones distintas al sur.
Un punto importante a recordar sobre los salientes es que
bloquean la luz directamente. Durante el verano, en climas templados sólo el 45
% de la luz del sol brillando en una ventana es luz directa del sol. El 55 %
restante es luz difusa y luz del sol reflejada, que no es bloqueada por los
salientes. Esto no implica que los salientes no son útiles; lo cual implica que
se usan en conjunción con alguna otra estrategia de enfriamiento, tal como el
sombreado interior, para ser efectivo.
Toldos
Los toldos tienen la misma función general que los salientes
en el tejado, pero su aplicación es más sensible. Fabricados en materiales
ligeros tales como aluminio, lona, acrílico, o láminas de polivinilo, es
posible espaciarlos a una cierta distancia sin necesidad de apoyo extra, así
que es posible proporcionar una sombra adecuada incluso en el este o el oeste.
Los toldos pueden hacerse a medida para el cliente para
acoplarse al exterior de la casa, obteniendo un diseño atractivo.
Pantallas de sombra exterior
Las pantallas de sombra solar son una opción muy efectiva de
sombreado. Están fabricadas en malla espesa de fibra de vidrio espesa que
absorbe la luz del sol, y son efectivas contra la luz difusa y reflejada,
además de la luz del sol directa. En consecuencia, son capaces de bloquear
hasta un 70 % de toda la luz del sol entrante antes de entrar en la ventana.
Debido a que la mayoría de las variedades sirven también como pantallas de
insecto, también permiten el uso de ventilación natural, distinto a otras
opciones de sombreado (tales como las sombras de interior o exterior) que
bloquean el flujo de aire.
Barreras radiantes
En los techos que no tienen sombra, las barreras radiantes
proporcionan otra forma de bloquear calor entrando en una casa. Una barrera
radiante es una capa de aluminio situada situada en un espacio de aire entre
una superficie de calor radiante (el techo de la casa) y una superficie de
absorción de calor (el aislamiento del suelo del ático). Trabaja para reducir
el calor entrando en la casa de dos formas: su superficie reflexiva refleja la
mayor parte del calor radiante que la golpea, y en si misma emite muy poco
calor.
Las barreras radiantes vienen en muy diferentes formas:
láminas con un lado o doble lado, aislamiento enfrentado a la lámina, sistema
de lámina multicapa con espacios de aire. Cualquiera de estos productos trabaja
bien si se instala apropiadamente, así que el coste del producto y su facilidad
de instalación ayudarán a tomar decisión en la selección del producto.
Para trabajar apropiadamente, el lado más brillante de la barrera
de aire debe enfrentarse a un espacio de aire. En un ático, esto se hace
grapando la barrera radiante, el lado brillante hacia abajo. La orientación de
la superficie brillante no es un problema, se reflejará calor igualmente bien
si apunta hacia arriba o hacia abajo. Lo importante es que la superficie quede
brillante. Colgando la barrera radiante con su lado brillante hacia abajo se
previene la acumulación de polvo en la superficie que reduzca la capacidad para
reflejar calor.
Minimización del calor generado
No todo el calor en el hogar en verano procede del sol;
mucho viene de los ocupantes de la casa y de los aparatos que usan. Debemos ser
cuidadosos seleccionando aparatos y tiempos de usos, los miembros del hogar
pueden ayudar a mantener la casa más fría.
El primer paso para minimizar el calor generado en la casa
es elegir aparatos eficientes energéticamente a través de la casa, desde
grandes aparatos como refrigeradores a los más pequeños, como las bombillas.
Cuanto menos eficiente es un aparato, más residuos genera: así, su ineficiencia
supone dos problemas: la energía extra que cuesta hacer funcionar el aparto, y
las penalidades en refrigeración que vienen de quitar el calor extra que se
genera.
La mayoría de los aparatos tienen etiquetas de guía
energética que muestran cuanta energía usará el aparato, y comparar su uso
energético con el de productos similares.
Esto es especialmente verdad en iluminación. Consideremos
una bombilla incandescente de 60 vatios proporcionará luz durante
aproximadamente 1000 horas antes de quemarse. Para conseguir 10.000 horas
podemos usar lámparas fluorescentes. La
rentabilidad de adquirir este tipo de iluminación es cuatro veces superior a la
de las incandescentes.
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