Desde que se descubrieron cantidades significativas de lípidos en ciertas especies de algas, estos organismos se consideraron útiles para desarrollar la segunda generación de biocombustibles. Estas minúsculas plantas pueden producir al menos quince veces más combustible por hectárea que alternativas como la jatropha o la palma, y 20 veces más que el maíz o la soja. Algunos estiman que las algas pueden competir con el petróleo a sesenta dólares.
Espacios abiertos en zonas improductivas de Arizona pueden producir 182.000 millones de litros de combustible para el transporte.
Las algas tienen además ventajas medioambientales pues absorben dióxido de carbono, fosfatos y nitratos.
De ahí el interés despertado hacia las algas, pues 100.000 especies de microalgas están siendo investigadas actualmente por al menos 200 compañías con grandes planes de desarrollo: Pulz de Alemania, Smorgen Fuels de Melbourne, Cascade Investment LLC de Estados Unidos, Solazyme de San Francisco, etc.
Tecnologías y modificaciones
Los sistemas abiertos exponen algas a condiciones favorables de nutrición, son sistemas de bajo coste, pero no tan productivos como los denominados sistemas cerrados. Estos últimos pueden cubrir muchas hectáreas pero están sellados en plásticos, vidrio o bolsas y ofrecen extensas opciones de control.
Los bíoreactores pueden disponerse verticalmente para captar la mayor cantidad de luz, y también permiten manipulación de presión y temperatura para estimular la producción de más aceites de lo normal. Los bíoreactores son preferibles en climas más fríos y también permiten control específico de alimentación de dióxido de carbono.
Otras forma de aumentar la productividad es mediante ingeniería genética selectiva. Mediante estas técnicas las compañías seleccionan las especies con peculiaridades más deseables. Algunas otras compañías intentan también manipular el genoma. Cuando una bacteria está viva, se divide en dos. Al ocurrir esto a veces pueden seleccionarse mutaciones. De este modo algunas mutaciones particulares pueden tener concentraciones mayores de lípidos y paredes celulares más débiles
En un futuro próximo emergerán mejores algas, se conseguirán tasas de crecimiento más altas, reducir los costes de extracción de combustible y reducir el coste de los nutrientes. Esta tecnología puede ser competitiva con costes de petróleo de 60-80 $.
En España, GreenFuel Technologies Corp y Aurantia Group construyen 1000 m2 en el exterior de una planta de cemento en Jerez. Intentan producir alrededor de 25.000 toneladas de biomasa de algas.
Los costes de producción de esta tecnología cada vez son más competitivos con las alternativas derivadas de combustibles fósiles. Por ejemplo, Netherlands´ Algae Link CEO puede ofrecer ya combustible plenamente competitivo con el petróleo a 100$.
Bibliografía: Blooming biofuel. How algae could provide the solution. Renewable Energy World Magazine. May-june 2003
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