Entre las tendencias que en los últimos años han aparecido en el sector del plástico una de las más destacables es la búsqueda de soluciones a la contaminación que se genera por su inalterabilidad ante el paso del tiempo.
El polietileno es el plástico más común utilizado para embalajes, es un método efectivo en costes y más barato que el metal o el papel. Ambientalmente el polietileno tiene un efecto positivo y es que genera su fabricación genera menos CO2 a la atmósfera que la fabricación de metales o papel. Y actualmente los fabricantes de plásticos tienen una ventaja más, la última generación de productos de polietileno biodegradable. Se trata de una solución flexible y de bajo coste que cumple las necesidades ambientales en un tiempo en el que todas las actividades empresariales están revalorando su impacto en el medio ambiente.
El polietileno biodegradable tiene como ventaja más positiva que se degrada en un vertedero en un plazo de 12 – 18 meses. Pero hay también argumentos económicos a favor de los bioplásticos.
Las bolsas de papel no son ambientalmente tan positivas como la gente se piensa pues su fabricación no es tan limpia. El proceso de fabricación de papel requiere un uso extensivo de agua y agentes químicos para producir y reciclar el papel.
Sin embargo, la fabricación del plástico requiere comparativamente poca energía, y se recicla fácilmente de forma eficiente. Si hubiese que sustituir el plástico por otros materiales, el peso de los residuos se incrementaría un 150 % y la energía consumida por la industria del embalaje aumentaría un 100 %.
Sí que hay que decir al respecto que el reciclaje del plástico se realiza aún de una forma poco extendida. Las botellas de plásticos, las envolturas, los contenedores de vegetales, …el problema es que cada envase utiliza diferentes tipos de plástico y ello hace difícil el reciclaje.
Las ventas de plásticos degradables, particularmente biothene se incrementan de una forma muy notable en los últimos años. En 2009, en medio de la recesión mundial, las ventas subieron un 250 % respecto al año anterior. La tendencia actual es sustituir bolsas más pesadas por otras más ligeras y más degradables.
Entre los nuevos materiales usados en la industria del embalaje podemos mencionar PLA, un material biodegradable hecho en maíz u otros cultivos similares. Varias operaciones de termoformado de RPC son capaces ahora de ofrecer el material. Sin embargo, si bien son convenientes para la producción de packs termoformados, no pueden conseguir el rendimiento de los contenedores de moldeado por inyección.
Reciclaje del plástico
En términos de reciclaje, con los plásticos se ha avanzado mucho en los últimos 20 años. La proliferación de esquemas de colección y el establecimiento de plantas de re-procesado ha propiciado la aparición de un reciclado post-consumidor (post-consumer recíclate ó PCR).
Actualmente las mejores oportunidades en reciclaje post-consumo son con PET y RPC, ya incorporado a envases como las botellas de zumo. El proceso PCR utiliza solamente un 25 – 40 % de los recursos de energía de los polímeros primarios, un ahorro en energía de aproximadamente el 70 %.
Por otra parte, polipropileno PCR es improbable que tenga suficiente calidad para las aplicaciones de embalaje, principalmente debido a problemas de identificación del consumidor y al gran número de grados utilizados. Una alternativa, RPC Blackburn ha llegado a ser una fuente de material reciclado post-industrial. Este material tiene bastante calidad como para ser utilizado en aplicaciones de contacto con los alimentos.
Bibliografía:
· Degradable alternatives. Packaging june 2009.
· Green in the true sense. Packaging june 2009.
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