Desde que
aconteció la crisis de Fukushima, la mayor parte de los países con centrales
han iniciado estudios destinados a examinar y, en su caso, reforzar los medios
existentes ante condiciones extremas, las que parecen ser el punto crítico de
las centrales nucleares. La energía nuclear se ha mostrado vulnerable frente a
fenómenos tales como terremotos, inundaciones, explosiones, incendios o falta
total prolongada de energía eléctrica. Ante ese tipo de situaciones la
refrigeración de los combustibles nucleares en los núcleos o en las piscinas no
está garantizada. Los alemanes fueron los primeros en darse cuenta que
incrementar la seguridad de las centrales nucleares para disminuir el riesgo de
accidente grave genera unos costes que pueden hacer perder gran parte de la
competitividad que quedaba a las centrales nucleares.
Suiza
prepara también un drástico cambio en su política energética con el que
pretende sustituir el 40 % de la actual energía nuclear por medidas de
eficiencia energética, instalación de renovables, ampliación de la capacidad
hidráulica y nuevas centrales fósiles.
Este cambio
en la política energética supondrá unas inversiones que oscilan entre 1.280 y
2.250 millones de dólares. Las centrales nucleares comenzaran a cerrarse en
Suiza entre 2019 (Beznau I) hasta 2034 (Leibstadt).
Bibliografía: Perspectivas de cierre
para las centrales nucleares suizas. Flash Julio 2011. Revista Mensual de Foro
de la Industria Nuclear Española
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