Las algas
son organismos que crecen en ambientes acuáticos y usan luz y dióxido de
carbono (CO2) para crear biomasa. Hay dos clasificaciones de algas:
macroalgas y microalgas. Las macroalgas, que se miden en pulgadas, son las
grandes, algas multi-celulares a menudo vistas creciendo en charcas. Estas
algas pueden crecer de diversas formas. Las algas multicelulares más grandes
pueden ser por ejemplo las plantas kelp gigantes, que pueden tener longitudes
de más de 100 pies. Las microalgas, en el otro lado, se miden en micrómetros y
son algas unicelulares minúsculas que normalmente crecen en suspensión dentro
de un cuerpo de agua.
Las
microalgas se han reconocido como buenas fuentes para la producción de
biocombustibles debido a su alto contenido en aceite y producción rápida de
biomasa. Las microalgas crecen muy rápidamente en comparación con los cultivos
terrestres; y en la práctica el cultivo en masa de algas puede realizarse en
tierras no arables usando agua salina no potable y aguas residuales. Es por
ello que las microalgas como materia prima para biocombustibles biodiesel están
ganando interés de los investigadores, emprendedores y el público en general.
Uso potencial actual como biocombustible
La biomasa
de algas contiene tres componentes principales: carbohidratos, proteínas, y
aceites lípidos/naturales. Debido a que el grueso de los aceites naturales
hechos por microalgas están en forma de tricylglycerol, que es el tipo correcto
de aceite para producir biodiesel, las microalgas están en el punto de mira de
la transformación de algas a biodiesel. Además de biodiesel, las microalgas
pueden también usarse para generar energía de varias formas. Algunas especies
pueden producir gas hidrógeno bajo condiciones de crecimiento especializado. La
biomasa de algas también puede quemarse como la madera o transformarse en
digestores anaeróbicos para producir biogás metano para generar calor y
electricidad.
Biología y adaptación
Las
microalgas crecen rápidamente y tienen un alto contenido en aceite comparado
con los cultivos terrestres, los cuales tienen una estación de crecimiento y
contienen un máximo de un 5 % de aceite respecto al peso seco. Además, estas
algas comúnmente doblan su tamaño cada 24 horas. Durante la estación pico,
algunas microalgas pueden doblar su tamaño cada tres horas y media. El
contenido de aceite de las microalgas está usualmente entre el 20 y el 50 %,
mientras que en algunos casos se puede alcanzar el 80 %. Este es el motivo por
el que están en auge las microalgas para producir bioalgas.
El contenido
de aceite en las microalgas es el siguiente:
- Botryococcus braunii. 25-75 %
- Chlorella sp. 28-32 %
- Crypthecodinium cohnii. 20 %
- Cylindrotheca sp. 16-37 %
- Nitzschia sp. 45-47 %
- Phaeodactylum tricornutum. 20-30 %
- Schizochytrium sp. 50-77 % Tetraselmis suecia 15-23 %
Por otra
parte, la producción de aceite por tipo de cultivos comunes para producir
biocombustibles es la siguiente:
- Maíz 18 %
- Soja 48 %
- Canola 127 %
- Jatropha 202 %
- Coco 287
- Aceite de palma 636 %
- Microalgas 6283-14641 %
Información de producción
La mayoría
de las microalgas son estrictamente fotosintéticas – esto es, necesitan luz y
dióxido de carbono como fuente de energía y de carbono. Este modo de cultivo se
denomina usualmente fotoautotrófico. Algunas especies de algas, sin embargo,
son capaces de crecer en la oscuridad y usar carbono orgánico tal como glucosa
o acetato como fuente de energía y carbono. Este cultivo se denomina
heterotrófico. No obstante este modo de cultivo no es competitivo para la
fabricación de biocombustibles.
Las
microalgas fototróficas requieren luz, dióxido de carbono, agua y sales
inorgánicos para crecer. La temperatura de cultivo estará entre 15 y 30 ºC para
un crecimiento óptico. Al medio de crecimiento deben contribuir los elementos
inorgánicos que ayudan a crecer las células de algas, tales como nitrógeno,
fósforo, hierro, y a veces silicio. En la producción de microalgas a gran
escala, las células de algas deben continuamente mezclarse para prevenir que la
biomasa de las algas se asiente, y los nutrientes deben proporcionarse durante
las horas de luz, cuando las algas se están reproduciendo.
Actualmente
están disponibles diferentes sistemas de cultivos de microalgas
fotoautotróficos. Por ejemplo, las algas pueden crecer en suspensión o fijadas
en la superficie de suelo. Cada sistema tiene sus propias ventajas y
desventajas. Actualmente, lagunas abiertas basadas en la suspensión y
fotobioreactores se usan comúnmente para la producción de biocombustibles.
Lagunas abiertas
Las lagunas
abiertas son los sistemas más simples para el cultivo de microalgas. En este
sistema, se usan lagunas poco profundas con una profundidad aproximada de 30 cm
donde las algas se cultivan bajo condiciones idénticas a su ambiente natural.
La laguna se diseña con la configuración de un circuito, en el que una rueda de
paletas proporciona la circulación y mezcla de las células de algas y
nutrientes. El circuito típicamente se hace de hormigón o se excava en tierra
revestido con plástico para prevenir que se escape el líquido. Deflectores en
el canal guían el caudal alrededor de las curvas para minimizar el espacio. El
sistema a menudo opera en modo continuo. Las algas se cosechan después de haber
circulado a través del bucle. Dependiendo de los nutrientes requeridos por las
especies de algas, pueden usarse una gran variedad de fuentes de aguas
residuales para el cultivo de algas, tales como los efluentes de vaquerías,
granjas de cerdos o residuos municipales. Para algunos tipos de microalgas,
puede usarse agua marina o agua con alta salinidad.
Aunque las
lagunas abiertas cuestan menos de operar que los fotobiorreactores cerrados, este
sistema de cultivos tiene sus desventajas. Ya que son sistemas abiertos, a
menudo experimentan mucha pérdida de agua debido a la evaporación. Por ello,
las microalgas creciendo en una laguna abierta a menudo no acumulan dióxido de
carbono eficientemente, y la producción de biomasa es limitada. La
productividad de biomasa también está limitada por la contaminación de especies
de algas no deseadas y otros organismos. Adicionalmente, las condiciones
ópticas de cultivo son difíciles de mantener en lagunas abiertas, y la
recuperación de biomasa de tales medios diluidos es costosa.
Biorreactores cerrados
Los
biorreactores cerrados se han empleado para superar los problemas de
contaminación y evaporación encontrados en las lagunas abiertas. Estos sistemas
están hechos de materiales transparentes y generalmente se colocan en
exteriores para iluminación por luz natural. Los recipientes de cultivo tienen
un gran ratio área a volumen.
El diseño
más común es el fotobiorreactor con diseño tubular, con numerosos tubos transparentes,
usualmente alineados con los rayos del sol. Los tubos tienen generalmente menos
de 10 cm de diámetro para maximizar la penetración de la luz del sol. El medio
acuoso se hace circular a través de una bomba a los tubos, donde se expone a la
luz por fotosíntesis, y luego vuelve a un depósito. Debe prevenirse que la
biomasa de algas sedimente manteniendo un caudal altamente turbulento dentro
del reactor, usando una bomba mecánica o una bomba de elevación de aire. Una
porción de las algas usualmente se cosecha después de los tubos de colección
solar. De esta forma es posible un cultivo continuo de algas. Existen
biorreactores donde los tubos son espirales en forma de serpentín, se conocen
como fotobiorreactores tubulares helicoidales, pero estos a veces requieren
iluminación artificial, que añadir al coste de producción. Por lo tanto, esta
tecnología solamente se usa para productos de valor añadido, no materia prima
para biodiesel.
El proceso
de fotosíntesis genera oxígeno. En un sistema en circuito abierto, esto no es
un problema ya que el oxígeno simplemente retorna a la atmósfera. Sin embargo,
en un fotobiorreactor cerrado, los niveles de oxígeno aumentarán hasta que
inhiban el crecimiento de las algas. El cultivo debe retornar periódicamente a
una zona de desgasificación, un área donde el caldo de algas es burbujeado con
aire para retirar el exceso de oxígeno. También, las algas usan dióxido de
carbono, por lo cual bajarán los niveles de carbono y se incrementa el pH. Por
lo tanto, el dióxido de carbono debe ser alimentado en el sistema en orden de
cultivar las microalgas a gran escala. Los fotobiorreactores pueden requerir
enfriamiento durante las horas del día, y la temperatura también debe ser
regulada. Esto puede hacerse mediante intercambiadores de calor, localizados en
tubos o en una columna de desgasificación.
La
utilización de los fotobiorreactores cerrados presenta varias ventajas. Pueden
superar los problemas de contaminación y evaporización que encontramos en las
lagunas abiertas. La productividad de biomasa de los fotobioreactores puede ser
13 veces superior a la obtenida en las lagunas abiertas. Cosechar la biomasa de
los fotobiorreactores es menos caro que en una laguna abierta, puesto que la
biomasa de las algas está unas 30 veces más concentrada que la encontrada en
las lagunas. Sin embargo, los fotobiorreactores cerrados tienen también algunas
desventajas. Por ejemplo, los reactores son más caros y difícilmente
escalables. Sin embargo, la limitación de luz no puede ser enteramente superada
ya que la penetración de luz es inversamente proporcional a la concentración de
células.
Producción potencial
Dependiendo
del sistema de cultivo utilizado, la producción de microalgas se expresa como
la cantidad de biomasa por unidad de superficie o por unidad de volumen de
reactor. Una laguna abierta típica puede producir entre 5 y 10 gramos de
biomasa (base seca) por m2 de superficie por día. Algunos
investigadores informan de producciones de biomasa tan altas como 50 g/m2 al
día. En los fotobioreactores cerrados, la producción de biomasa puede ser
aproximadamente 2 o 3 gr/L por día. El contenido de biomasa seca es altamente
variable.
Bibliografía: Algae for Biofuel
Production. eXtension
Palabras clave: Helical tubular
photobioreator, photosynthesis process
1 comentarios:
esta genial...saben esta pagina me va ayudar full ami monografia..
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