La revista Open Oceannography Journal, habla en un artículo reciente de la posibilidad de enterrar dióxido de carbono en las profundidades del mar. Vamos a aprovechar la profusión de datos que da el artículo para actualizar los conocimientos sobre las estrategias que se están llevando a cabo para combatir el cambio climático.
La economía mundial continúa expandiéndose y aumentan los requerimientos de energía, tanto de origen fósil como de otro tipo. Aparte del uso creciente de la energía en el oeste, los países emergentes están muy interesados en obtener recursos energéticos para abastecer su creciente demanda. Y la voracidad por la energía, de la que tanto nos gusta hablar en este blog, es un impulso que no tiene límites. Pero para que nos hagamos una idea de lo que está ocurriendo, podemos mencionar que por ejemplo China está inaugurando una central térmica de carbón cada 4 días. En términos de P.I.B. China es ya la cuarta economía más grande del mundo. Otro buen ejemplo de los nuevos tiempos lo tenemos en la democracia más grande del mundo, India, con una clase media de 50 millones de personas ávidas de consumir energía quemando combustibles sólidos.
Wiston Churchill dijo aquella famosa frase: Do not pull the tail of the Chinese dragon or you will awaken it!” Y el dragon chino ya despertó y está moviendo las alas con fuerza. Mil millones de chinos desean algo tan sencillo como el transporte motorizado que disfrutamos en occidente, y una necesidad tan básica como esa va a modificar el mundo. Y los habitantes del gigante indio también ansían cosas esenciales, algo tan sencillo como poder tomar leche y miel, y eso va a desequilibrar también el pequeño planeta en que vivimos.
Los economistas han hecho unos cálculos sencillos, la clase media India va a prosperar y en su prosperidad necesitarán algo tan básico como 613 millones de coches, y ello va a transformar algo más que las carreteras indias. El responsable de esta transformación se llama “Tata Nano”, un coche que cuesta aproximadamente $2.300 dólares.
Los biocombustibles no son tampoco la respuesta, puesto que la población mundial va a crecer a 9.000 millones de habitantes en 2050, y tanta gente necesitará comida. Es necesario mucho terreno cultivado para poder generar los biocombustibles que las sociedades avanzadas demandan. Las cifras son claras, un 4 x 4 requiere tanto terreno cultivado para producir biocombustibles como el que se necesita para alimentar con trigo a una persona. Es por tanto bastante clara la presión que sobre el suelo cultivable se está produciendo.
Debido a la actividad humana es importante enfatizar que en un siglo el CO2 de la atmósfera ha aumentado un 26 %, y coincidiendo con la opinión mayoritaria de la comunidad científica, parece bastante obvio que tan drástico cambio artificial en la atmósfera tenía que tener consecuencias. El cambio climático está en marcha y en los próximos años las consecuencias pueden empeorar.
¿Quién es el responsable del cambio climático?
Desde luego la población chadiana o etíope tiene poca responsabilidad en el fenómeno, ya que cada miembro produce 0,01 y 0,1 toneladas al año. Por el contrario, en el norte se produce CO2 con poco control, hasta el punto que serían necesarios 2.000 chadianos para generar lo que un solo estadounidense está emitiendo a la atmósfera cada año. Un escaso número de países es responsable de la mayor parte de las emisiones de CO2 a la atmósfera, aunque algunas economías emergentes hacen méritos para entrar en el club, y Brasil, China e India tienen ya un impacto altamente significativo.
El metano en aguas profundas
Rusia tiene en su territorio la quinta parte del metano mundial, pero se trata de un metano que está almacenado en la corteza terrestre, tanto en tierra como en aguas poco profundas. Una parte de este metano está bajo muy altas presiones en mares profundos, y está en forma de hidratos de metano. Estos hidratos de metano se forman cuando el agua se congela bajo altas presiones alrededor de minúsculas burbujas de metano. Este metano es bastante estable y ha permanecido ahí durante 60 millones de años.
Estas enormes reservas de metano son una fuente de energía de gran valor, por lo que no es extraño el actual debate sobre su potencial explotación. Hay científicos que piensan que dado que el metano es estable, lo mejor es dejarlo donde está. También hay dudas sobre las técnicas a emplear para retirar tan vasta cantidad de energía. El problema es que la extracción de esta energía supone debe hacerse a partir del metano congelado.
Pero la tecnología avanza, y varios métodos se han propuesto ya, y las dudas sobre los prejuicios a la extracción de esa energía se desvanecen al saber que los estadounidenses necesitan 1,7 m3 de metano al día para sus necesidades energéticas. El metano congelado está presente en grandes cantidades, algunas estimaciones apuntan a que podría satisfacer las necesidades de la humanidad durante 800 años.
El metano es un combustible más limpio que el petróleo o el cabrón, pero si quemamos este metano produciremos 27.600 miles de millones de toneladas de dióxido de carbono.
Y quemar metano genera dióxido de carbono, el que se considera principal culpable del calentamiento del ártico y la fusión de los polos. Y las noticias son preocupantes en ese sentido. La temperatura promedio del verano ártico es – 14 ºC, pero en el verano de 2007 la temperatura del ártico se elevó hasta alcanzar unos asombrosos 22 ºC. Algunos científicos creen que si esto continúa, en 45 años habrá desaparecido el hielo del ártico y el nivel de los mares se elevará 6,7 m. Estas cifras superan ampliamente las previsiones anteriores. Pero esta catástrofe es liviana si se compara con la que puede producirse con la fusión del casquete antártico, en cuyo caso el nivel de los mares ascenderá 80 metros. No obstante, la temperatura antártica es 26 ºC inferior a la del ártico, por lo que la fusión tardará aún unos 200 años en producirse.
Pero el efecto invernadero no sólo afectará a la fusión de los casquetes polares. La temperatura de los trópicos puede elevarse unos 5 ºC y la de las zonas templadas subirá unos 8 ºC. Otro fenómeno negativo es la destrucción del plankton, que puede ocurrir si aumenta la temperatura de los océanos, y destruirse así la cadena alimenticia de los océanos y causar consecuencias imprevisibles.
Otra consecuencia del calentamiento global puede ser que el metano que está congelado actualmente se funda, y ello contribuya a un incremento aún mayor de los gases de efecto invernadero.
Eliminación del dióxido de carbono
Hagamos lo que hagamos, lo cierto es que la lucha contra el dióxido de carbono va a ser más que necesaria. Para hacernos una idea de lo que el ser humano está emitiendo podemos poner como ejemplo un coche de tipo medio, que circule unos 50 kilómetros al día. Pues bien, un solo coche en estas condiciones produce la enorme cantidad de 10 toneladas de dióxido de carbono que escapa a la atmósfera.
Tampoco podemos solucionar el problema plantando árboles como muchas veces se dice. Científicos alemanes han descubierto que los árboles emiten también metano, un gas mucho peor que el dióxido de carbono. Según recientes investigaciones, el metano expelido por los árboles supone aproximadamente el 10-15 % del existente en la atmósfera de la tierra. No obstante, si hay que decir que los árboles son beneficiosos porque emiten oxígeno en cantidades mucho mayores al metano.
Otra forma de erradicar el dióxido de carbono es enterrándolo en oxéanos profundos, donde puede mantenerse congelado como hidratos de dióxido de carbono debido a las altas presiones y bajas temperaturas. La densidad del CO2 es 1,1 gm/cm3, y si se introduce en el mar se hundirá al fondo del océano. Diversas técnicas existen para atrapar el dióxido de carbono, y congelarlo es una opción que puede ser interesante para el futuro.
Bibliografía: Ross, T.F. 2009. Exploiting the Deep Oceans for Energy Retrieval and for the Burial of Carbon Dioxide. The Open Oceanography Journal, 2009, 3, 50-58
1 comentarios:
La verdad es que todo es de una complejidad abrumadora, por un lado tenemos combustibles menos contaminantes en su origen pero muy perjudiciales al quemarse, economías emergentes que transforman los ecosistemas y demandan más energía,la tecnología y sus avances...
Yo comentaba el otro día que incluso se está pensando en variar el código genético de las vacas para reducir sus emisiones de metano.
Hay cambios contra los que no podemos luchar, pero desde luego una buena concienciación sería un paso importante que podría suponer grandes avances.
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