Las esperas en un cruce regulado por semáforos cuando no viene ningún vehículo pueden pasar a la historia. Pero para ello primero tenemos que convencer a los responsables políticos de las ventajas y beneficios que pueden obtenerse con los semáforos inteligentes.
Los beneficios en ahorro energético y pérdidas de tiempo son incuestionables, pero también lo es que la tecnología necesaria para conseguirlo está más que accesible. En efecto, los sistemas empleados hasta ahora – cámaras, interruptores, software, sensores, bucles inductivos del tamaño de los vehículos, etc. –eran un poco engorrosos. Sin embargo, los modernos controladores han ganado en inteligencia. Por ejemplo, pueden compartir datos de intersecciones, reaccionar ante emergencias en vehículos y enviar datos a centros de control del tráfico.
Instalar sensores de tráfico es una forma exacta, efectiva, barata, y fácil de instalar para controlar el flujo del tráfico. Estos sensores miden la localización de los vehículos y velocidades en cuatro o más calles en una intersección o a una cierta distancia de una intersección y de esa forma consiguen dar un aviso temprano. Una segunda aplicación de esta tecnología, el sensor WIM (peso en movimiento, valora el peso de los camiones.
Los nuevos circuitos de control de tráfico son de lo más simples, por supuesto inalámbricos y alimentados con energía solar. Desaparece por tanto toda necesidad de cableado y en consecuencia se minimizan los costes de instalación. Las ciudades pueden instalar estos sensores en cada una de las esquinas de una intersección y ya hemos conseguido una cobertura completa. Los sensores recogen y envían datos a un controlador y ya tenemos todo lo que necesitamos. De esta forma iremos ampliando un circuito de captura de datos bien económico y tremendamente efectivo. Los nuevos sensores TSP son la primera aproximación que resuelve este problema, y uno de los sensores, el Cap Pad, proporciona enormes ventajas respecto a los costosos e inexactos sensores WIM.
El TSP usa un sensor PIR en la banda deep-IR para fuentes móviles. Esta tecnología detecta vehículos a una distancia de unos 18 metros. El rango de detección es bueno, las piezas son baratas, y el haz puede ver a través de una capa de suciedad. No se puede medir velocidad, distancia o dirección.
El TSP también usa tubos neumáticos convencionales que pueden colocarse en el asfalto para alimentar sensores de presión. De forma exacta puede medirse velocidad, pero no en instalaciones permanentes ya que pueden dañarse fácilmente. El Cap Pad puede también enterrarse bajo el asfalto unos cinco centímetros y seguirá mandando datos.
Los TSP usan transmisores/receptores near-IR, un LED pulsado para transmisión y un fotodiodo PIN (positivo-intrínseco-negativo). Ambos necesitan lentes cilíndricas para enfocar los haces. Un filtro de paso banda óptico multicapa elimina la luz visible más allá del rango.
Los sensores capacitivos de precisión pueden medir el hueco de aire entre láminas metálicas adyacentes con una exactitud subnanométrica. Lamentablemente, la exactitud en las aplicaciones WIM requiere superficies planas y paralelas, y el Cap Pad no las tiene. Los sensores capacitivos pueden con exactitud una fuerza en láminas adyacentes con un resorte de restauración, pero uniformidad y paralelismos son también requerimientos.
Otra de las ventajas de estos sensores es que sus requerimientos energéticos se cubren con pequeños paneles solares.
Bibliografía: Solar-powered sensor control traffic. Electronic Design, Strategies News.
Palabras clave: TSP (traffic-sensor; Weigh-In-Motion Project
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