El corazón de Internet es una red de alta capacidad de fibra óptica que abarca continentes. Pero mientras que las señales ópticas transmiten la información mucho más eficientemente que las señales eléctricas, son más difíciles de controlar. Los routers que dirigen el tráfico en Internet suelen convertir las señales ópticas en eléctricas, a continuación, las convierten de nuevo para la transmisión, un proceso que consume tiempo y energía.
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En los últimos años, un grupo de investigadores del MIT dirigido por Vincent Chan, Joan y Irwin Jacobs, profesores de Ingeniería Eléctrica y Ciencias de la Computación, han demostrado una nueva forma de organizar las redes ópticas que, en la mayoría de los casos, eliminarían este proceso de conversión ineficiente. Como resultado, podría hacer que Internet sea 100 o incluso 1.000 veces más rápido.
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Una de las razones por la que la transmisión óptica de datos es tan eficiente es que diferentes longitudes de onda de luz cargadas con diferente información pueden viajar sobre la misma fibra. Pero los problemas surgen cuando las señales ópticas procedentes de distintas direcciones llegan a un router, al mismo tiempo. La conversión en señales eléctricas permite que el router los guarde en la memoria hasta que se pueda acceder a ellos. El tiempo de espera puede ser una cuestión de milisegundos.
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El enfoque de los investigadores del MIT resuelve este problema de una manera diferente. En lugares con grandes volúmenes de datos - por ejemplo, Los Angeles y Nueva York - cambiar el flujo establecería una ruta de acceso dedicado a través de la red. Para ciertas longitudes de onda de la luz, los routers a lo largo de ese camino pueden aceptar las señales que vienen de una sola dirección y enviarlos en un solo sentido. Como no hay posibilidad de que las señales lleguen desde varias direcciones, nunca hay necesidad de almacenarlos en la memoria.
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Tiempo de reacción.
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Tiempo de reacción.
Hasta cierto punto, algo como esto ya sucede en la Internet actual. Una gran empresa de Internet como Facebook o Google, por ejemplo, podría mantener bancos grandes de servidores Web en unos pocos lugares diferentes en los Estados Unidos. Los servidores pueden intercambiar datos de forma que la empresa simplemente alquila una determinada longitud de onda de la luz de una de las empresas de telecomunicaciones que mantiene redes de fibra óptica en el país. A través de una ruta designada, sin otro tráfico de Internet, puede utilizar esa longitud de onda.
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Bibliografía: An Internet 100 times as fast. MIT news. June 2010
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