DEFINIENDO LA DEFLACIÓN
El uso común del término deflación es simplemente la "caída de precios", no tiene por qué ser una caída continuada de precios como muchos piensan. Hay quien confunde la deflación con la desinflación, que es una etapa económica en que el crecimiento de los precios se reduce pero no llega a ser cero. La desinflación es un indicador de la marcha próspera de la economía pues la subida moderada de los precios permite los ajustes de precios relaticos entre bienes y servicios necesarios para reflejar sus costes relativos diferentes según los cambios tecnológicos, abundancia y otros. Pero hay mucho más detrás de la deflación, y debemos conocerlo ante el inquietante panorama económico que se avecina en los próximos años. De acuerdo con Investorwords.com, la deflación se define como "una declinación general de los niveles de precio, a menudo causada por una reducción en el suministro de dinero o crédito. La deflación también puede deberse a una contracción directa del gasto, ya sea en forma de reducción del gasto público, del gasto personal o del gasto en inversión. El efecto de la deflación en las economías donde tiene lugar es el incremento del desempleo, ya que el proceso a menudo origina una disminución del nivel de demanda en la economía.
CAUSAS DE LA INFLACIÓN
Aunque todo lo dicho hasta el momento es cierto, hasta ahora no hemos entrado en la verdadera naturaleza de la deflación. Para entender realmente lo que está ocurriendo es necesario comprender los mecanismos de "oferta" y "demanda". Estos años atrás hemos vivido una auténtica fiebre por las materias primas, y también por los alimentos. El incremento de la demanda provocó subidas de precios a niveles estratosféricos, pero esos precios comenzaron a desplomarse repentinamente. ¿Por qué? El motivo esencial al que achacamos estos cambios es que de pronto la población generó otra demanda, en el mundo de pronto surgió una demanda de "dinero" como pocas veces se había conocido antes. La crisis financiera internacional y sus efectos se tradujeron en un incremento en la demanda de dinero real, dinero tangible, dinero líquido, y de pronto nos dimos cuenta que no había tanto dinero como se pensaba. El valor del dinero que se utiliza para pagar y comprar mercancías está sujeto a los mismos mecanismos de "oferta" y "demanda" que impulsaron los precios del oro, petróleo, y todas las demás commodities. La gente se dio cuenta repentinamente que lo que realmente iba a ser demandado en el futuro próximo no eran casas ni era petróleo, lo que realmente iba a ser necesario era el "dinero", y todos los que poseían "dinero" consideraron que el mayor negocio que podían hacer era simplemente no hacer ningún negocio, solamente mantener el dinero y esperar. Y si los que tienen el dinero, cortan el suministro a los que lo gastan sin tenerlo, aparece el escenario de crisis de liquidez que actualmente estamos viviendo. Si el dinero se retira de la circulación, los que desean comprar no pueden hacerlo, y ello hace que bajen los precios, y es el momento en que aparece la sombra de la deflación.
¿CÓMO SE COMPORTA LA DEMANDA?
La demanda de dinero es un mecanismo regulador de los precios. Es posible que la demanda de dinero pueda aumentar o disminuir. Generalmente, la demanda de dinero es medida por lo que la gente está dispuesta a pagar por los préstamos. Si la inflación es alta, los tipos de interés tendrán que ser altos para compensar la pérdida de poder de compra. Pero si la demanda de dinero aumenta, como ocurre actualmente, los bancos pueden cargar más en los préstamos. Si la demanda de dinero cae, los tipos de interés también caerán.
LA DEFLACIÓN ES BUENA O MALA
Actualmente la deflación en sí misma no es buena ni mala. Dependiendo de las causas de la deflación sus efectos pueden ser nocivos o beneficiosos. Si las causas proceden del incremento de la oferta la deflación puede ser buena. Otro ejemplo de esto tuvo lugar a finales del siglo XIX cuando la deflación incrementó la productividad.
BIBLIOGRAFÍA:
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