A la hora de plantear un negocio por internet debemos saber que los mercados a los que podemos dirigir nuestros servicios son muy diferentes de lo que podríamos pensar a primera vista. Por ejemplo, en unos pocos meses China superará a América en número de usuarios conectados a internet. Pese a su desbordante crecimiento China sigue siendo una economía pobre, por lo que se trata de un hito realmente destacable. En los tres últimos años China también ha sido el exportador más grande del mundo de tecnologías de la información y las comunicaciones. Respecto al número de teléfonos móviles, con 500 millones de terminales, ya tiene el mismo número que toda Europa. Las nuevas tecnologías están siendo abrazadas por las economías emergentes con una ansiedad que no imaginamos.
Otro país que se desenvuelve frenéticamente en este campo es India, donde su regulador de telefonía informa que el crecimiento de teléfonos está aumentando a un ritmo de 8 millones mensuales. La vieja Europa no puede ni pensar en estas cifras al plantear un modelo de crecimiento empresarial. India produce ya más ingenieros que América y son muchas las tecnologías que su sociedad incorpora: Por ejemplo, India fabrica ya software tan especializado como el de los coches de carrera y tiene una de sus industrias farmacéuticas entre las cuatro más importantes del mundo. En otro orden de cosas, Tata, el fabricante de vehículos más grande del país ha conseguido ya fabricar un coche que puede vender a 2.500 dólares. Esto es el paradigma de la competitividad empresarial.
Cuando planteemos un negocio por internet, o utilizando comunicaciones móviles; debemos pensar que nuestro mensaje puede llegar a los lugares más recónditos del mundo. Esto lo saben bien en África, donde personas que viven en chozas de barro usan teléfonos móviles para pagar facturas y controlar el precio del pescado y buscar los peces que mejor se pagan en el mercado. Cuando el intermediario llega a comprar el pescado de los pescadores senegaleses; estos le ofrecen el más cotizado, consiguiendo mejorar la productividad de una forma que en la mentalidad europea no sería soñada.
Nota: Los datos cuantitativos han sido traducidos de “Of internet cafés and power cuts” publicado en “The Economist February 9tf 2008”.
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