Una vez alejadas las dudas sobre la inflación, y salvo en las divisas acosadas por la depreciación, la mayoría de las principales economías del mundo han ido recortando tipos en un intento de estimular la inversión. La inversión no se ha estimulado lo más mínimo, pero la bajada de tipos si ha beneficiado a los que sufrían la presión de los créditos a largo plazo. Así, el Reino Unido mantiene unos tipos del 1 %, U.S.A. del 0 %, zona euro del 2 %, Canadá del 1 %, Dinamarca del 3 %. Japón del 0,10 % y Suecia del 2 %. Algunos bancos centrales no han podido bajar los tipos suficientemente y su población tiene que convivir con altos valores en un escenario de recesión. Mencionemos por ejemplo a Noruega con unos tipos del 4,75 % y a Sudáfrica cuyos tipos tienen aún que ser mantenidos al 10,50 %. En España, si aún se mantuviese la peseta, estaríamos más cerca de Sudáfrica que de Noruega.
Pero de lo que queremos hablar en esta ocasión no es de los tipos en sí, sino de los honorarios bancarios. Los bancos aplican unos cargos en función de los gastos que les supone cada servicio. En principio son unos gastos fijos ligados a la inflación, pues el componente del precio del dinero va unido a los tipos oficiales. Pero el “credit crunch”, y las inciertas cuentas bancarias, han hecho que los bancos reaccionen aplicando unos costes cada vez mayores. En España parece haber poco control sobre eso, acosados por la falta de liquidez como estamos, la gente paga religiosamente sin dar mucha importancia a estas cosas, pero en Estados Unidos sí que lo están estudiando con más detalle. Veamos lo que está ocurriendo y a ver si alguien profundiza un poco en los bancos españoles.
Citigroup Inc. y Bank of America Corp., fueron beneficiarios de un programa de ayuda de 90.000 millones de dólares que deberán ser pagados por los contribuyentes norteamericanos (y sus descendientes al acumularse en la deuda todos los programas de ayuda). Pero lo sorprendente de todo esto es que estos bancos están cargando tres veces más en comisiones por la venta de los bonos soberanos que se han tenido que emitir para salvarlos. ¡Sin tapujo alguno estos bancos sacan beneficios adicionales hasta des los programas de ayuda! Pero no son los únicos, Fannie Mae y Freddie Mac, salvados “in extremis” por el gobierno U.S.A., han visto también que ha llegado el momento de incrementar salvajemente sus honorarios.
A partir de Noviembre que el Federal Deposit Insurance Corp. (equivalente al Fondo de Garantía de Depósitos) tuvo que entrar en acción, los bancos norteamericanos han cargado en honorarios 375 millones de dólares, y todo ello dentro de una cifra de movimientos de 154.000 millones (según datos compilados por Bloomberg).
Algunas autoridades norteamericanas (por ejemplo, Sean Egan del FDIC), defienden que la “subvención” que están recibiendo los bancos de los contribuyentes debería traducirse en una reducción de los honorarios bancarios, y nunca en un incremento desmedido de los mismos.
Siempre hemos defendido que la ayuda a la banca era algo fundamental para la economía, pero también hay que entender que los bancos no dejan de ser entidades privadas. Si se les da dinero sin control, pues acaban pasando estas cosas. La crisis financiera ha reducido los créditos, las fusiones, adquisiciones, venta de acciones, seguros, y los banqueros están buscando compensar esa falta de ingresos a costa de los usuarios de los servicios bancarios. Estos usuarios, acosados como están por la falta de liquidez, firman a toda costa cualquier tipo de condiciones, con tal de salir adelante.
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