El euro es un vecino que no esperaban las monedas europeas que decidieron no participar en la moneda única. La todopoderosa libra esterlina está pasando serios apuros en su convivencia con el euro (ver “La nueva tendencia, el euro fuerte” y “La libra esterlina y sus efectos sobre el sector turístico español”), así que otras monedas menos potentes no podrían estar pasándolo mejor.
En este artículo hablamos de Dinamarca, uno más entre los estados europeos que ha entrado también en recesión, cayendo en el 4º trimestre de 2008 a una velocidad del 1,9 %. Los daneses se preparan para años duros, en los que aumenta el desempleo, se desploma el precio de la vivienda, y todo el mundo tiene que apretarse el cinturón. El gobierno, como tantos otros, ha tenido que lanzar hasta el momento dos paquetes de ayuda a los bancos y ahora prepara un amplio plan de medidas fiscales con los que intentará estimular la paralizada economía.
La situación no ha llegado al nivel de Islandia, donde la gente se ha echado a la calle, y el primer ministro, Fogh Rasmussen, aún goza de buena consideración.
Si bien Dinamarca está resistiendo bien la crisis financiera, entre sus problemas destaca la influencia del euro, ya que el país está fuera de éste. Como consecuencia de ello, el país se ve obligado a mantener los tipos de interés más elevados que en la zona euro para mantener la corona. Los altos tipos de interés son uno de los principales motivos por los que en Dinamarca ha comenzado el debate de entrada en el euro. De hecho, el primer ministro ya plantea un referéndum para tratar de aprobar la entrada en el euro.
Bibliografía: Nordic nerves. The Economist January 31st 2008
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