El otro día hablando con un fabricante murciano sobre la crisis, este hombre lo dijo muy claro: "Aquí la única crisis que hay es la de la construcción, se ha hundido el sector y ello ha provocado que a la gente no le den créditos los bancos". Buena y sencilla explicación la del amigo Paco, que sufre en sus carnes la crisis en una de las regiones más castigadas de España.
La crisis inmobiliaria afecta a un buen número de países, pues fueron muchos los seducidos por el dinero fácil del ladrillo. Y las cosas están transcurriendo con rapidez, una velocidad que nadie esperaba. Al mirar el "Global House Prices" hace tan solo tres meses, únicamente en seis países se registraban caídas interanuales del precio de la vivienda. Pero en tan solo tres meses la cifra se ha elevado ya a 16.
Estados Unidos lidera las caídas, pues en un solo año la devaluación del ladrillo supera el 19 %. Pero las previsiones de caídas son muy intensas para un gran número de países. El boom de la propiedad se ha traducido en una debacle que nadie sabe cómo acabará, pero ya todos saben que terminará mal o muy mal. Un reciente informe de Numis Securities estima que los precios en Gran Bretaña pueden caer más de un 40-45 %, condenando a millones de personas a una deuda hipotecaria por un valor superior al que valen sus casas. En España la situación es igual o peor. Incluso en el propio sector se han dado cuenta que hasta que no se toque fondo nadie venderá un piso, y ahora quieren que bajen los pisos a la mayor brevedad posible. Rozando el surrealismo los analistas inmobiliarios pronostican caídas del 40 % en los precios de la vivienda usada en 2009 (hasta ahí todo lógico), pero lo curioso es que no reconocen que los pisos nuevos estén bajando al mismo ritmo o incluso más rápidamente.
0 comentarios:
Publicar un comentario