Fuertes aplausos se desataron entre las quizás 2.000 personas que ayer asistieron a la inauguración de la Feria Agroalimentaria, la más importante del sector de los alimentos en el Caribe. El representante del presidente dominicano Leonel Fernández, anunció una medida estrella para mejorar la competitividad del país, la bajada de los tipos de interés para el sector agrícola al 17 %, o quizás incluso al 15. Pero lo más sorprendente es que unos diez altos cargos intervinieron en la inauguración, y ninguno habló de crisis económica en el país. En ámbitos empresariales, el debate está actualmente enfocado hacia las repercusiones de los Acuerdos de Libre Comercio y hacia los retos que supone la necesidad de mejorar la competitividad empresarial. El temor fundado que existe en el Caribe es que los productos locales sean barridos del mapa cuando las grandes compañías europeas y norteamericanas inunden las estanterías con productos más competitivos.
Es por ello que el artículo "La crisis llega al Caribe" debe entenderse con un alcance muy distinto al que conocemos en España, el término crisis se ha instalado en el vocabulario internacional pero su significado es diferente en áreas geográficas. Pero lo cierto es que tan elevados tipos podrían haber protegido, al menos parcialmente de una crisis más devastadora a la República Dominicana. Cuando los bancos comerciales ofrecen créditos al "tipo chollo" del 2,5 % mensual, es difícil que se genere una burbuja del crédito como la que está asolando Europa y Estados Unidos.
Todo lo contrario de lo que está ocurriendo en Europa, y en particular en España, donde ciudadanos temerosos leen cada día la prensa como si un listado de bajas de guerra se tratase. No es exageración, los ciudadanos están empezando a descubrir ahora lo que desde hace meses venimos advirtiendo en el blog, la industria española se está hundiendo también. Un sector basado en la fabricación de productos para la construcción y bienes de equipo de ocio no puede hacer más que caer en un escenario como el que nos encontramos. Una industria low-tech poco capitalizada como la que se ha creado en España no podrá resistir la crisis económica, y parece inevitable la desaparición de una parte muy significativa de nuestro tejido productivo. Pero las alegrías de los años en los que los bancos "regalaban" el dinero se han vuelto finalmente en contra del sistema financiero, y hoy mismo surgen noticias preocupantes respecto a la situación de solvencia de las entidades españolas. Y eso que aún no se ha reconocido la devaluación persistente de los activos inmobiliarios, ya veremos a ver qué ocurre cuando los bancos se vean obligados a registrar en sus balances estas pérdidas.
Entre las noticias que nos llegan de Europa, es importante destacar que el Banco de Inglaterra ha quemado ya su penúltimo cartucho, y los tipos oficiales han sido minorados al 0,5 %. También destacamos que el Banco Central Europeo está luchando por mantener a flote la economía agonizante del continente, y para ello acaba de bajar los tipos de interés al 0,5 %. Aun quedan algunos cartuchos, pero pocos ya. Las 16 naciones que comparten el euro están amenazadas por una recesión más profunda de lo que los pronósticos más pesimistas podían siquiera prever hace tres meses. Según algunos analistas, España e Irlanda corren un riesgo creciente de incumplir con sus obligaciones de satisfacer la deuda, y el bloque del este está en una situación aún peor. Este recorte en los tipos oficiales europeos está originando una caída de la cotización del euro respecto al dólar, y se vislumbra un escenario para la economía de clara recesión, incluyendo la mayor caída en el gasto vivida en los últimos trece años. La fabricación se contrae con fuerza, y el desempleo crece en Europa hasta un 10 % por primera vez en 11 años. La inflación ha retrocedido también hasta el 1,1 %, su valor más bajo en once años. Las naciones de Europa del este sufren una auténtica catarsis, y países como Polonia y Hungría están absorbiendo buena parte de los préstamos que concede Europa. La economía europea está completamente paralizada, y muchos analistas están preocupados, porque si no reacciona, las cosas pueden empeorar.
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