El semanario Moneyweek hablaba hace algún tiempo de los comics como inversión alternativa, sin duda una opción relajada para unos tiempos que sufren la indigestión del exceso de inversiones especulativas del pasado. Hoy mismo hemos conocido que el 50 % de la morosidad que amenaza a la banca proviene de los promotores inmobiliarios, poco a poco todo el mundo se va a dando cuenta que el negocio del ladrillo fue un hecho puntual que tardará muchos años en repetirse. Las terribles consecuencias que vienen sufriendo los que invirtieron en ladrillo al ver que sus activos pierden valor por momento tardarán muchos años en olvidarse.
Pero volviendo al artículo que comentamos, la autora nos recuerda que el coleccionismo de cómics es popular desde los años setenta, cuando los adultos nostálgicos de su adolescencia comenzaron a buscar los comics de su infancia. Las sucesivas limpiezas que las madres realizaban acosadas por la falta de espacio hicieron que lo que consideraban inservible fuese en tandas sucesivas a la basura, pero a la vez contribuyeron a que los comics más antiguos y escasos se hayan convertido en bienes increíblemente valiosos. El comic más caro del mundo es el primer número de Action Comics, que se publicó en USA en 1938. Este comic contiene la primera aparición de Superman y su valor es de aproximadamente un millón de libras esterlinas. Se cree que el actor Nicolas Cage posee una copia.
Los primeros Action Comics pertenecen a la era dorada de los años 30 y 40, cuando emergieron los primeros superhéroes. La edad de plata se corresponde con los años 60, cuando la factoría Marvel produjo Spiderman y los 4 fantásticos. Estos comics se venden por menos que los de la edad dorada, pero una copia en buenas condiciones de Amazing Fantasy 15, donde se cuenta la historia según la cual Peter Parker fue mordido por la araña, puede venderse por unas 10.000 libras. Ha llegado el momento en el que algunos lectores pensarán en sus antiguas colecciones, será cuestión de rebuscar en los desvanes porque algunos pueden aparecer aún.
La clave de una colección valiosa es el almacenaje, así que debe pensarse que los comics guardados de cualquier manera no serán nunca objetos codiciados. Los coleccionistas buscan objetos antiguos pero bien conservados, como si hubiesen permanecido inalterables al paso de los años. Así que una inversión a largo plazo consiste en almacenar comics de forma segura, en buenas estanterías, un lugar seco, y por supuesto alejados de la luz del sol directa.
Otro de los comics codiciados son las aventuras del agente 007. Desde merchandaising original a posters, libros y coches, todo lo relacionado con James Bond ha visto como su valor se incrementaba con los años. El ejemplo más claro es el Aston Martin DB5 de 1965 que apareció en Goldfinger – pues se vendió en una subasta en 2006 por la suma de 1,1 millones de libras. El valor del objeto depende sobre todo de la película de Bond a la que está asociado, y del valor que el actor añade al coleccionable. El rey es en este último caso Connery, seguido por Roger Moore y Daniel Craig. Menos cotizados son los objetos asociados a Pierce Brosnan, Timothy Dalto y George Lazanby. Pero incluso los posters de Bond van ganando valor con los años, y los originales de Casino Royale se vendían por 50 libras tan sólo dos años después del estreno de la película. Los posters de la película de Connery se venden por encima de las 6.000 libras esterlinas
1 comentarios:
No solo comics. Se me ocurren también wargames de tablero de la compañía NAC (hoy desaparecida). Su valor aumenta con el paso del tiempo. O juegos de cartas antiguas (tipo MAGIC) que ya no se usan...
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