Si tomamos por ejemplo datos que da WWW Adena, un coche emite en promedio 3,4 toneladas de CO2 al año de forma artificial. A partir de aquí, unos cálculos sencillos nos permiten estimar, mil millones de toneladas arriba, mil millones de toneladas abajo, cuánto CO2 vomita la humanidad para suplementar al que por causas naturales asciende a la atmósfera.
Y es que el CO2 tiene en la atmósfera un efecto bien directo sobre la temperatura del planeta. De hecho, si hay vida en la tierra es precisamente porque el CO2 la mantiene bien caliente. El problema vino con la revolución industrial, cuando comenzaron a emitirse a la atmósfera ingentes cantidades de dióxiodo
de carbono y otros gases igual de perniciosos.
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Geoingeniería
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Queramos o no, lo cierto es que los efectos que la humanidad está generando en la atmósfera han generado una respuesta internacional que comienza a ser contundente, yo como todos los cambios se propicia la aparición de nuevas oportunidades de negocio para aquellos que quieran aprovecharlas.
La geoingeniería es la manipulación a gran escala del planeta con el objeto de contrarrestar el calentamiento global. Esta disciplina puede tomar muchas formas y es probable que muchas formas de actuar estén aún sin descubrir. Se trata de ir más allá de las ideas de los científicos o ambientalistas y desarrollar soluciones realmente prácticas para luchar contra el cambio climático. Y a la vez que se desarrollan esas soluciones, por qué no decirlo, generar un lucrativo negocio.
A nuestro parecer, la geoingeniería es actualmente el nicho más interesante de actividad económica que se está generando alrededor de la ingeniería. Además, afecta a todas las ramas transversalmente. El negocio actual no está en aumentar la capacidad sino en saber gestionar la que ya tenemos.
Cierto es que los geoingenieros más puristas y sofisticados abordan el desarrollo de tecnologías como la caputra de CO2 del aire, y otras más, aunque muchos nos conformamos con trabajar sobre problemas más cotidianos pero que requieren la misma eficacia o más: calderas, compresores, sobredimensionado, etc. El geoingeniero de andar por casa tiene mucho que decir a partir de ahora, y especialmente en países pujantes como son todos los del hemisferio sur.
Otra de las actividades de la geoingeniería que podemos mencionar es la gestión de la radiación solar, o solar radiation management (SRM). Lo que se pretende hacer con esta tecnología es dispersar aerosoles ligeros en la parte superior de la atmósfera para incrementar la reflectividad.
¿De dónde ha venido esta idea tan sorprendente? En la erupción del volcán Pinatubo, Filipinas, se lanzaron a la atmósfera partículas de dióxido de azufre a la estratosfera en tal cantidad que se reflejó a la atmósfera luz suficiente como para enfriar la tierra 0,5 º C durante un tiempo.
No obstante, el problema de estas acciones puede ser que modificar la radiación solar tenga otras consecuencias como disminuir la precipitación y la evaporación, lo cual afectaría a la agricultura.
Bibliografía: Is Geoengineering inevitable? GreenBiz February 2010
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