Iraq está intentando recuperar su gloria pasada, con planes para cuadruplicar la producción de petróleo o aún más. Esto puede tranformar la industria mundial del petróleo; y amenaza a otros miembros fundadores de la OPEC, Arabia Saudí e Irán.
Irán puede sufrir mayor trastorno aún que Arabia Saudí, pues en los últimos años ha estrechado vínculos con China para eludir el aislamiento internacional. China necesita enormes cantidades de petróleo y de ahí sus vínculos con Irán. Pero en los últimos tiempos, y con el apoyo de USA, China está poniendo su atención en Iraq.
Pero Iraq tendrá que conseguir un hito sin precedentes. En la historia de la industria petrolera reciente, ningún país ha incrementado su producción a la velocidad que planifica Iraq. En los próximos siete años Iraq intenta pasar de producir 2,5 m de barriles diarios a 12 m de b/d, un objetivo que supera en un 30 % la producción actual de Arabia Saudí. A tal efecto, Iraq ha firmado diez acuerdos comerciales con las compañías petrolíferas más importantes del mundo.
Los obstáculos políticos para iniciar la producción en Iraq parecen estar superados. Otra cosa son los problemas técnicos, pues Iraq está aún plagado por insurgentes. Tampoco hay una legislación sobre el petróleo que dé garantías a las compañías petrolíferas. Otro problema añadido es que hay disputas sobre los ricos pozos del Kurdistán, especialmente alrededor de la ciudad de Kirkuk. Hay preocupaciones sobre lo que puede ocurrir si estos pozos comienzan a ser explotados.
Bibliografía: Peak Energy
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