Lula sonríe, y motivos no le faltan. El empresario europeo o norteamericano no estaría muy tranquilo si conociese en detalle el potencial económico que se está fraguando en las economías emergentes. El crecimiento económico no sólo se fundamenta ya en las materias primas sino que muchos países están desarrollando una sólida y potente industria transformadora. El G20, donde los países emergentes han tomado gran protagonismo. En su última reunión en Pittsburgh, los países emergentes se han asegurado fortalecer su papel en el desarrollo de la política económica global. Los líderes del G20 han coincidido en cambiar sustancialmente el poder de los votos en el FMI hacia los mercados emergentes dinámicos y los países en vías de desarrollo. Un cambio similar va tener lugar en el Banco Mundial. La tendencia actual es que el G20 sustituya al actual G7.
En los países “ricos” debe asumirse que los países emergentes han crecido desde 2000 tres veces el crecimiento de los países considerados tradicionalmente más ricos. El país con crecimiento más rápido, China, ha quedado infra-representado en el FMI. Las economías emergentes, lideradas por Brasil, Rusia, India y China, han demandado un cambio del 7%. No obstante, es posible que se conformen con el 5 %. Hay que ser conscientes que el mundo ha cambiado y las instituciones creadas en otro marco económico no sirven en la situación actual.
La reforma de las cuotas del FMI necesariamente implicará pérdida de cuotas en otros países, especialmente de los europeos cuyo crecimiento económico es mucho menor.
Por último, es importante indicar que la decisión de convertir el G20 en el eje de la economía mundial ha trastocado otros mercados emergentes de menor tamaño como Tailandia y Chile, que no son parte del club.
Bibliografía: Cosmetic surgery? The Economist October 3rd 2009.
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