Dos nuevos informes del gobierno de Estados Unidos muestran abrumadoras pruebas del cambio climático, nueva pruebas científicas que demuestran una vez más lo que está ocurriendo con el clima.
El primer informe ha sido publicado por National Oceanic and Atmospheric Administration, que confirma que la década que acabamos de pasar ha sido la más calurosa desde que existen registros instrumentales. Pero lo peor no es eso, ya que lo mismo ocurrió en los años 90 y anteriormente en los 80. Lo peor de todo es una progresión que hace presagiar nada halagüeñas décadas en el futuro. Si bien los registros fluctúan de año en año, las medias de una década son estadísticamente significativas. El informe sintetiza conclusiones de diversas fuentes de datos, tanto de lecturas de la superficie de la tierra como del océano y de la fusión de los hielos.
Si la tierra no estuviese calentándose sería imposible explicar los cambios concurrentes en tan amplio rango de indicadores producidos por muchos grupos independiente. El calentamiento del sistema climático es inequívoco. Mientras tanto, los gases responsables del calentamiento, tales como el dióxido de carbono, continúan acumulándose.
El segundo informe procede de la respuesta dada por Environmental Protection Agency ante peticiones que tratan de revocar los hallazgos de que un “Cambio climático real está ocurriendo como consecuencia de los gases de efecto invernadero procedentes de las actividades humanas y este cambio amenaza el medio ambiente”.
El consenso científico sobre el calentamiento global es total y tan solo aparecen algunas voces discrepantes que desde sectores interesados aportan datos fuera de contexto y levantan controversias artificiales. Los sectores que más están contribuyendo al calentamiento global son conscientes de los costes que son necesarios para paliar los efectos de este grave problema, y de ahí la organizada respuesta negacionista orquestada para tratar de demorar todo lo posible la toma de medidas realmente efectivas.
La campaña de los negacionistas ha originado que EPA revisase todos los documentos de los lobbies de este “Climategate”. Ante la incapacidad de publicar nada serio la documentación investigada provenía de e-mail hack a una respetada unidad de investigación del clima británica. Se realizaron cuatro estudios independientes de esos e-mail y se encontró que contenían un lenguaje cándido pero nada que pudiese desacreditar el consenso científico global sobre el caso global.
Artículo original en The Washington Post
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