Este post es una adaptación de “Shame fills a vacuum in China´s financial law enforcement”, publicado en The Economist March 1st 2008
Cualquier empresa con aspiraciones a la intenacionalización tiene sus ojos puestos en China. Por otra parte, son muchos los inversores extranjeros atraídos por las elevadas rentabilidades de los mercados chinos. Pero lo primero que debemos hacer si queremos mantener negocios con China, es conocer este país en profundidad. Trataremos de conocerlo en esta sección, pero hoy nos parece interesante hablar de los vastos huecos en las regulaciones de los mercados financieros chinos, una cuestión delicada que no es ningún secreto. Estos riesgos se advierten en los productos de inversión destinados a occidentales. Suele advertirse de un amplio espectro de riesgos que van desde la posibilidad de la expropiación comunista a la manipulación de mercados y fraudes.
Incluso cuando existen normas, la línea entre conductas aceptables y no aceptables no está a menudo clara, y algunas acciones son patentemente injustas. No hay por ejemplo una ley clara sobre revelación de información privilegiada como las que existen en USA o Europa.
Ante este panorama, China podría ser rechazada por los inversores, pero no es así. Las bolsas de Shanghai y Shenzhen – aunque han caído profundamente este año –tienen una capitalización mayor que ningún país en el mundo, excepto Estados Unidos y Japón. A pesar de su tamaño, los mercados no son eficientes. El movimiento del precio de las acciones, según varios estudios, no se ajustan a los resultados financieros como ocurre en otros mercados. Esto no sólo es malo para los inversores; ya que socava el trabajo de los mercados de canalizar el capital a donde puede ser usado.
Muchos estudios han mostrado el papel de un buen ambiente legal en los mercados financieros. Pero Benjamin Liebman y Curtis Milhaupt, dos profesores de Columbia, argumentan que otra forma de regulación ha emergido en la sombra. Basándose en las tradiciones chinas, las autoridades utilizan la disciplina contra los malhechores usando la crítica del público.
Los mercados financieros se regulan usualmente mediante leyes bien reforzadas, como las que se introdujeron en América durante la Depresión; o mediante la autorregulación, como ocurrió en América antes de la Depresión u ocurre hoy en Londres en el mercado de inversiones alternativas. Durante muchos años los académicos enfocaron su atención en las leyes, creyendo que los intercambios persiguen los intereses de sus miembros antes que de los inversores. Sin embargo, la autorregulación está cobrando fuerza. De manera privada los mercados tienen interés en proteger a los inversores.
Cuando se creó el mercado de acciones chino en 1990, el objetivo principal era usar el ahorro privado para reestructurar las empresas estatales. En los últimos dieciocho años, China ha introducido normas para luchar contra la manipulación de los mercados, el fraude, y los negocios utilizando información privilegiada, pero el esfuerzo ha sido insuficiente. El organismo competente está desbordado. A veces se tardan años en investigar un caso, y cuando se impone la sanción el hecho ha perdido relevancia.
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